Seguro que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sentido vergüenza o timidez durante las relaciones sexuales. Una de las principales causas es el miedo a mostrar nuestro cuerpo desnudo, pero también influyen el ''temor'' a no hacerlo ''bien'' y los numerosos mitos escuchados en torno al sexo.
Por esta razón es importante tener una buena comunicación con la pareja y entender el sexo ''como una actividad privilegiada para estrechar vínculos y aumentar la complicidad y la confianza. Eso permite tener una comunicación más fluida, ya sea para decirle lo que te gusta como para hablar de aquello con lo que no has disfrutado en absoluto o con lo que no te sientes a gusto'', señala Valérie Tasso, escritora, sexóloga y embajadora de LELO.
Una de las principales causas de la timidez es el miedo a mostrar nuestro cuerpo desnudo, pero también influyen el ''temor'' a no hacerlo ''bien'' y los numerosos mitos escuchados en torno al sexo
Igualmente, añade, ''si te gustaría probar cosas nuevas o introducir el uso de juguetes eróticos en la pareja, también es importante hablarlo con tu pareja y saber qué piensa al respecto. Estos aspectos tan sencillos en teoría (pero que, en la práctica, no lo son tanto) son los ingredientes que suelen definir a las parejas sólidas''.
MITOS SOBRE EL SEXO
Los mitos que rodean al sexo son numerosos y, en muchas ocasiones, nos impiden disfrutar al 100% de las relaciones sexuales, provocándonos vergüenza o temor durante la práctica.
Irene Aterido, sexóloga y experta en ciclo menstrual de Intimina, nos cuenta cuáles son los principales mitos.
1. Si tienes la regla, no te puedes quedar embarazada. Las mujeres con ciclos cortos y las que no conocen cuándo ovulan podrían quedarse embarazadas durante la menstruación.
2. Durante la menstruación no es bueno tener relaciones para la mujer o el hombre. Este mito proviene de muchas culturas religiosas; si ambos quieren, tener penetración puede ser incluso relajante y beneficioso para la mujer y obviamente no entraña ningún riesgo para él.
3. La sangre menstrual contiene los óvulos, es como el semen de ellos. El flujo menstrual está compuesto de diferentes células madre y tejido del útero pero el óvulo no fecundado ya se ha desintegrado antes dentro del cuerpo de la mujer.
4. Los genitales huelen mal y hay que tener una atención especial con ellos, como rasurarlos. Las personas somos mamíferos y tenemos nuestro vello y olor personal con una higiene adecuada. La vagina, en concreto, tiene su propio sistema de limpieza para mantenerse sana, por lo que realmente está desaconsejado lavarla con ningún producto. La vulva (los labios de afuera) se puede lavar con agua y un jabón de pH neutro. El vello tiene una función protectora y de almohadilla de la vulva; por tanto, la decisión de depilarse es personal y optativa.
5. Cuanto más, mejor (más grande, más veces, más pronto, con más personas…). Hay infinidad de discursos y charlas coloquiales sobre el tamaño, el aspecto, la belleza y la calidad de las relaciones sexuales. En realidad, ni la talla, ni el peso o la apariencia determinan cómo de buenas y satisfactorias son tus relaciones sexuales. De hecho, podríamos tenerlas sin orgasmo y sentirnos muy conectadas con nuestra pareja. La clave es la intimidad y la conexión conseguidas, no el tamaño de ninguna parte de nuestro cuerpo.