Uno de cada cinco españoles no se protege bien del sol

Aquí inciden desde el desconocimiento hasta las supuestas razones estéticas que, entre otros, se plasman en un incremento de las urgencias por quemaduras y otras lesiones dermatológicas con la llegada del buen tiempo.

La radiación solar es la principal causa de cáncer de piel en nuestro país (Foto. Freepik)
La radiación solar es la principal causa de cáncer de piel en nuestro país (Foto. Freepik)
Estetic
22 junio 2019 | 22:00 h

1 de cada 5 personas no se protege del sol adecuadamente. Sorprendente, ¿verdad? Según Acierto, el comprador de seguros de salud, aquí inciden desde el desconocimiento hasta las supuestas razones estéticas que, entre otros, se plasman en un incremento de las urgencias por quemaduras y otras lesiones dermatológicas con la llegada del buen tiempo. De hecho, es durante el verano cuando las consultas al dermatólogo se elevan hasta un 50% por quemaduras. ¿Lo peor? Que estos casos se disparan por comportamientos de riesgo, principalmente.

En este sentido, se trata de una cuestión que no deberíamos perder de vista sobre todo si tenemos en cuenta que actualmente la radiación solar es la principal causa de cáncer de piel en nuestro país. El número de afectados, además, se ha incrementado hasta un 10% en el último año, convirtiendo la patología en uno de los problemas sanitarios de primer orden en España -se calcula que cada año se diagnostican hasta 78.000-. Además, hay que prestar especial atención a las personas mayores y los niños: se estima que durante la infancia y la adolescencia recibimos hasta el 80% de toda la radiación solar de nuestra vida.

Por todo ello, elegir bien el protector solar es algo esencial para proteger la piel del sol. Así, lo primero en lo que tendremos que fijarnos es en el factor de protección (FPS) y en que este es apropiado para nuestro prototipo. Si hemos guardado la crema del año anterior, revisar la fecha de caducidad (aunque parece obvio) será elemental. Otro punto no tan evidente tiene que ver con la protección UV y UVA. Este primer tipo de radiación está relacionada con las quemaduras, mientras que la segunda acelera el envejecimiento.

Verifica que cuente con ambas, así como que carezca de perfumes que podrían acabar minando el efecto fotoprotector. Y si es de amplio espectro, resistente al agua y cuenta con el sello CE (que significa que ha pasado los controles de la Unión Europea), mejor. No es necesario comprarlo en la farmacia, sino que basta con prestar un poco de atención.

Se trata de una cuestión que no deberíamos perder de vista sobre todo si tenemos en cuenta que actualmente la radiación solar es la principal causa de cáncer de piel en nuestro país

Por otro lado, también solemos perder de vista la clase de filtro con la que cuenta el protector: físico o químico. Respecto a los primeros, las cremas que cuentan con ellos no penetran en la piel, sino que permanecen en la superficie. Se las identifica fácilmente: cuando salimos del agua lo hacemos completamente blancos. Ahora bien y al margen de este desagradable efecto, resultan muy eficaces. Son perfectas para los fototipos más sensibles y para los pequeñines de la casa.

En cuanto al formato, los más habituales son las cremas y los aceites. Las primeras resultan más untuosas, blanquecinas y permiten detectar las zonas de la piel que nos hemos dejado por cubrir, mientras que las segundas se esparcen con mayor facilidad y tienen un aspecto transparente, más graso. La elección dependerá, de nuevo, de nuestro tipo de piel. Las más secas se beneficiarán de los efectos de los aceites, mientras que para las mixtas y grasas son más recomendables las cremas.

Estas últimas también son preferibles en zonas como la cara y el cuero cabelludo, aunque encontramos aceites solares faciales específicos. No los confundas con los bronceadores, que están pensados para intensificar el moreno, y no para proteger tu piel. Asesórate, el mercado ofrece una amplia gama de opciones, desde aceleradores del bronceado hasta fotoprotectores intensificadores del color. Cómpralos en spray o en bote en función de tus preferencias.

No obstante, no se trata solo de escoger un protector solar acorde con nuestro fototipo y homologado según la normativa europea, sino de aplicarlo media hora antes de exponernos, y de repetir el proceso al menos cada dos horas. Para proteger la piel también será clave cubrir bien cicatrices y lunares, cuidar las zonas sensibles -como los labios, el escote y el cuello-, emplear una crema hidratante a posteriori, e hidratarse bien.

Descartar los perfumes o cremas con perfumes será vital, pues en caso contrario estaremos incrementando el riesgo de sufrir reacciones alérgicas y quemaduras más graves, especialmente las pieles sensibles. Conviene tener cuidado también con los tatuajes temporales de henna; con los medicamentos fotosensibles; y con las horas de exposición -entre las 12 y las 16 horas es la franja más peligrosa-. Las prendas que elijamos también serán muy importantes para evitar daños dermatológicos -transpirables, ligeras, de algodón, que eviten la rozaduras y similares-.

Al margen de las medidas comentadas, una buena prevención deberá ir acompañada del asesoramiento de un profesional especializado, sobre todo si el nuestro es un fototipo muy sensible, tenemos pecas, nos encontramos en un grupo de riesgo, o similares. Acude al menos una vez al año y presta atención a las señales: los picores, cambios en el tamaño y aspecto de los lunares, dermatitis, etcétera.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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