El Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) es una variación agravada del Síndrome Premenstrual (SPM). Esta afección se caracteriza por tener unos síntomas físicos y psicológicos que aparecen como un patrón, al menos, entre siete o diez días antes de la menstruación. Y desparecen una vez llega el periodo.
Su sintomatología es similar a la del SPM, pero más severa. Entre algunos de sus signos podemos destacar el sentimiento profundo de depresión, irritabilidad o cólicos. La mayoría de las personas que menstrúan sufren algunos síntomas premenstruales como son los cólicos e inflamación abdominal, sensibilidad de los senos y cambios de humor en la semana previa a su período. Pero se estima que un 5% de las mujeres en edad fértil sufren su forma más agravada, el TDPM.
Hablamos con la ginecóloga Lorena Serrano (@hello.gyn) sobre el TDPM, una afección poco conocida, y sobre todo, apenas investigada.
PERFIL
La ginecóloga explica que el TDPM es un problema de salud que puede padecer cualquiera que se encuentre en su etapa evolutiva. “No se puede hablar de ningún perfil”, subraya Lorena cuando le preguntamos por las causas de este trastorno.
Y es que, el origen de este trastorno, además de no ser claro, se relaciona con la fluctuación de las hormonas a lo largo del ciclo. Según Serrano, existen algunos factores de riesgo que pueden empeorar los episodios, y son el consumo en exceso de tabaco y alcohol o problemas en la esfera emocional, como son las épocas de estrés. Durante la etapa del climaterio o del embarazo puede mejorar, aunque es suele estar presente en todos, o casi todos, los ciclos menstruales.
SÍNTOMAS
Existen una serie de síntomas recurrentes que deben de estar presentes y aparecer de manera consistente en varios ciclos menstruales consecutivos. Además de suponer un obstáculo para realizar actividades de la vida cotidiana o inferir en la capacidad para trabajar o relacionarse. Y deben aparecer en la semana de la ovulación o en la fase lútea, e irse con la llegada del período.
A pesar de que la sintomatología puede variar de una mujer a otra, algunos signos que destacan son:
- Depresión
- Irritabilidad
- Nerviosismo
- Dificultad para concentrarse
- Pérdida del interés de actividades habituales
- Cambios de humor extremos
- Sensibilidad emocional
- Insomnio o hipersomnia
- Fatiga extrema
- Cefaleas y dolores cólicos
CAUSAS
La causa de este trastorno es ambigua: “Todavía nos queda mucho por conocer, como por qué algunas mujeres lo desarrollan y otras no”, apunta Lorena. Es una enfermedad poco estudiada debida al pequeño porcentaje de la población que lo sufre y el estigma alrededor de la relación de la menstruación con la salud mental.
Muchos expertos opinan que tiene su origen en la fluctuación de la serotonina durante el ciclo menstrual y otros cambios hormonales que la mujer sufre a lo largo de ciclo. Le preguntamos a la doctora Serrano por el papel de la serotonina durante la fase lútea: “Parece que existe un aumento en el transporte de la serotonina que interfiere en sus niveles justo antes de la menstruación”, señala.
Los estrógenos, la progesterona y la serotonina descienden durante la fase premenstrual, por eso la mayoría de personas experimentan un cambio en el estado de ánimo y antojos por alimentos ricos en azúcar.
“Ante la sospecha de un TDPM se debe derivar la paciente a una valoración con psiquiatría”
Existe una polémica que asegura que las mujeres con TDPM padecen otros trastornos mentales que se ven intensificados la semana de antes de la menstruación. Ante ello, le preguntamos a Lorena por el diagnóstico de esta afección: “Ante la sospecha de un TDPM se debe derivar la paciente a una valoración con psiquiatría”.
El psiquiatra es el profesional que se encarga del diagnóstico diferencial, para descartar otros trastornos como la depresión, ansiedad o trastorno bipolar porque "los síntomas son similares y pueden solaparse”, nos cuenta la Dra. Serrano.
TRATAMIENTO
La experta explica que tiende a ser crónico. Sin embargo, hay algunas estrategias que podemos llevar a cabo para mejorar el estilo de vida y adquirir hábitos que pueden atenuar los síntomas.
La práctica de actividad física diaria o una alimentación que controle el peso puede tener un impacto positivo sobre la intensidad de los síntomas y el equilibrio hormonal. Así, una dieta antiinflamatoria puede aliviar algunos de los síntomas físicos relacionados con el malestar abdominal. Si queremos estimula los niveles de serotonina en nuestro cuerpo, la ingesta de alimentos ricos en triptófano, omega 3, vitamina B12 o ácido fólico puede resultar muy beneficiosa.
Por otro lado, Serrano nos explica la función de algunos tratamientos farmacológicos que actúan como inhibidores selectivos de la recepción de serotonina o anticonceptivos hormonales capaces de paliar los síntomas. Con un tratamiento anticonceptivo, las hormonas se vuelven más predecibles y se reducen las fluctuaciones que desencadenan los síntomas.