Las vacaciones y los días de descanso están para permitirse ciertos lujos y darse algunos caprichos, que para eso nos pasamos el resto del año trabajando y esforzándonos en mantener una dieta baja en calorías y saludable, ¿verdad?
Ahora bien, toca ponerse las pilas si no queremos que los tres kilitos que cogemos de media durante las vacaciones se acomoden en nuestras curvas y se conviertan en una pesada carga imposible de soltar en todo el año.
Aunque parezca difícil recuperar tus hábitos saludables ante tanto descontrol, no es imposible, y para que te sea mucho más fácil, los médicos especialistas de la Unidad de Obesidad de Clínica Opción Médica te descubren los 6 tips más importantes para conseguirlo.
1. Retoma tu rutina deportiva. El primer paso es retomar la práctica deportiva, ya sea apuntándote al gimnasio o saliendo a correr al aire libre. Elige el deporte que más te guste y quemar calorías será un placer. ''Se puede realizar tanto ejercicio aeróbico (fútbol, bicicleta o tenis) como ejercicio de resistencia, como el levantamiento de peso, por ejemplo'', comenta Dani Juan Pardo, técnico en Fitness y Entrenamiento Personal de Clínica Opción Médica. Y añade ''si la actividad física se realiza de forma regular y adaptada a las características y capacidades de la persona, tiene efectos beneficios para la salud, es decir, supone un bienestar físico, mental y social''.
Toca ponerse las pilas si no queremos que los tres kilitos que cogemos de media durante las vacaciones se acomoden en nuestras curvas
2. Despídete de los azúcares añadidos. Gracias a la gran concienciación por parte de los especialistas y las instituciones sanitarias, cada vez se consumen con mayor moderación, pero tenemos que estar siempre alerta porque son muchos los alimentos que los contienen. La mejor forma de evitar el consumo excesivo de azúcares añadidos es llenar nuestro carrito de la compra de alimentos sin etiquetas. Es decir, priorizar los productos naturales como frutas, verduras, carne o pescado a los alimentos envasados.
3. Reinicia tus hábitos alimenticios. Has pasado un largo periodo sin mirar el móvil ni los ingredientes que llevaba ese dulce capricho que tanto te gusta, pero si quieres mantener tu línea a punto recuerda que tienes que volver a tomar las riendas en tus comidas. Redacta una lista con los platos que preparabas antes de irte de vacaciones y elabora un menú semanal a partir de ellos. Y recuerda: lo rutinario puede aburrir, así que no repitas siempre las mismas recetas. Échale un poquito de imaginación a tus ensaladas ¡y no te cansarás nunca de comer sano!
4. Olvídate del pasado. El verano queda atrás y con él todos nuestros excesos alimenticios. Ahora lo único que tienes que pensar es en cómo recuperar tu cuerpo, por lo que de nada vale martirizarse y estar pensando en por qué te comiste esa crepe de Nutella. Piensa en positivo y céntrate en todo lo que vas a hacer para quemar calorías y volver a ser la envidia de todas las miradas.
5. Aperitivos sí, pero no todos valen. Una comida que no puede faltar en verano es el aperitivo. Sin embargo, muchos de ellos contienen grandes cantidades de sal y aceite, como las croquetas, las patatas bravas o los chipirones. Lo bueno de la Dieta Mediterránea es que hay una gran variedad de tentempiés, algunos de ellos muy saludables, como por ejemplo los berberechos. Por lo tanto, saber elegir es la clave. Opta por una pieza de fruta, un lácteo o verduras crudas cortadas en tiras como la zanahoria. Asimismo, también puedes calmar el hambre de media mañana o media tarde con un saludable puñado de frutos secos.
6. Recupera tus cenas ligeras. Durante el verano te has acostumbrado a cenar fuera y todos sabemos que, aunque intentes elegir lo más saludable de la carta, nunca es igual que en casa. Es hora de volver a organizar tus cenas como lo hacías antes y optar por lo ligero y lo nutritivo. Un poco de verdura con pescado y una fruta de postre es una gran opción con la que te irás a dormir sin hambre y sin remordimientos.