La dermatitis atópica (también conocida como eccema) es una afección cutánea común en los bebés. Afecta hasta al 25% de los niños, y se estima que el 60% lo desarrollan durante su primer año de vida.
Es una enfermedad que no tiene cura, sin embargo, según los dermatólogos de la Academia Estadounidense de Dermatología, la mayoría de los casos se pueden controlar con un plan de cuidado de la piel personalizado, que puede incluir humectantes, medicamentos recetados y estrategias para eliminar los desencadenantes.
''Los niños con eccema tienen una piel extremadamente sensible, por lo que una rutina adecuada de cuidado de la piel puede ser de gran ayuda para aliviar la incomodidad del bebé y reducir los brotes'', explica la dermatóloga Anna Yasmine Kirkorian.
Por todo ello, para ayudar a controlar los síntomas del bebé y disminuir los brotes, la doctora recomienda seguir estos consejos.
La dermatitis atópica (también conocida como eccema) es una afección cutánea común en los bebés
1. Domina tu técnica de baño. El baño ayuda a eliminar la suciedad y otros posibles irritantes de la piel de tu bebé. Cuando lo bañes, usa agua tibia y utiliza un limpiador suave y sin fragancia. Evita frotar su piel y limita el baño de 5 a 10 minutos. Inmediatamente después del baño, aplica una crema hidratante sin fragancia, teniendo en cuenta que las cremas y ungüentos espesos son generalmente más efectivos que las lociones o aceites. Hidrata la piel de tu bebé dos veces al día o con la frecuencia necesaria para lograr un alivio.
2. Considera los corticosteroides tópicos. Comúnmente utilizados para tratar el eccema, estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación y los síntomas, como la picazón. Los corticosteroides tópicos vienen en muchas formas, incluidos ungüentos, cremas, aerosoles y lociones. Pregunta a tu dermatólogo para identificar el mejor corticosteroide para tu bebé y aplícalo inmediatamente después del baño antes de aplicar la crema hidratante. Dado que los bebés son más sensibles a los corticosteroides que los adultos, sigue las instrucciones de tu dermatólogo en cuanto a la cantidad, duración y frecuencia del tratamiento para evitar efectos secundarios.
3. Identificar y eliminar los desencadenantes que lo provocan. Los culpables cotidianos pueden causar que el eccema de tu bebé aparezca o empeore repentinamente. Los desencadenantes comunes incluyen desencadenantes corporales, como sudor, saliva y rascarse; desencadenantes ambientales, como humo de tabaco, aire seco o polen; o desencadenantes de productos, como ropa, detergente para la ropa, suavizantes de telas, champús o jabones (particularmente los que contienen fragancias) o talco o toallitas para bebés. Si puedes identificar cuáles son los desencadenantes que afectan a tu bebé, intenta encontrar formas de eliminarlos o evitarlos.
4. Considera la terapia de baño con cloro. La terapia de baño con cloro rara vez se usa para bebés; sin embargo, si el eccema de tu bebé es difícil de controlar, tu dermatólogo lo puede recomendar. Estos baños de cloro diluido pueden ayudar a aliviar los síntomas de tu bebé al reducir las bacterias y la inflamación en la piel.