La dietista Bárbara Munar (@hablandodenutricion) cuenta vía Instagram algunos de los errores que muchas cometen durante la época navideña. Munar hace hincapié en algunos fallos que las mujeres en edad de climaterio tienden a comentar durante estas fechas tan señaladas y que pueden ser perjudiciales.
Ante ello, propone disfrutar de las Navidades sin tensiones ni preocupaciones relacionadas con la alimentación.
CONTROLARLO TODO
Uno de los primeros errores es quererlo controlar todo. Y es que, realizamos muchas comidas fuera. Y la tendencia es tenerlo todo supervisado en Navidad, por eso, la experta recalca que hay que disfrutar y ser flexibles. Es una época de fiestas y no debemos dejar lugar a la preocupación, sino al relax.
BUENO Y MALO
El segundo error es pensar en la dicotomía de los productos buenos y malos. Eso nos lleva a tener una mala relación con la comida y no disfrutar de las cenas de la época. No hay que separar en productos buenos o malos, solo disfrutar de los alimentos típicos de estas fiestas.
Es una época para disfrutar
MASTICAR MAL
El tercer error es no masticar correctamente. En Navidad hacemos un cambio en nuestra alimentación y tenemos que tener en cuenta que la digestión tiene su comienzo en la boca. Por eso, conviene masticar entre 25 y 50 veces cada bocado, y notaremos como las digestiones no son tan pesadas.
EXCESO DE ALCOHOL
El alcohol es el cuarto error. Munar recomienda no pasarse, sabe que las fiestas navideñas son una época de excesos. Por eso recomienda como máximo una copa de vino por cada comida. Es mejor consumirlo por la razón de la fiesta o para brindar, y no para quitar la sed. Si queremos saciar con la sequedad de la garganta, mejor beber agua.
QUERER COMPENSAR
De forma adicional, el quinto error que Bárbara comenta es obsesionarse con compensar. Muchas personas empiezan a querer compensar las comidas o cenas de esta época con actividad física intensa o saltándose comidas, lo que puede favorecer una mala relación con la comida y glucemias muy inestables.
Algo que puede llegar a ser muy contraproducente, puesto que las glucemias más alteradas implican más hambre y una tendencia a comer alimentos ricos en azúcares. Esto aumenta la inflamación y otros síntomas como los sofocos.