Cuando entramos en la vida adulta nos damos cuenta de que, por mucho que queramos seguir una rutina de bienestar y estar saludables, hay muchos factores que nos condicionan. Un elevado ritmo de vida puede empujarnos hacia hábitos o costumbres que, si bien pueden ayudarnos a corto plazo, no tienen garantía largoplazista. Por ejemplo, llegamos a casa cansadas después de un largo día de trabajo y, en vez de animarnos a salir a dar un paseo o a correr, preferimos quedarnos en el sofá.
Para ayudarnos a tomar conciencia, Tamara Pazos, bióloga y divulgadora científica, ha escrito ‘Este libro te hará vivir más (o por lo menos mejor)’, en el que recopila todos los hábitos que podemos (y debemos) incorporar a nuestra rutina a título individual para contribuir a nuestro bienestar y que cuentan con el respaldo científico. Pero además, a su divulgación incorpora la reflexión, un análisis socioeconómico e invita al cambio colectivo para proteger la salud pública.
“No es que la gente no quiera estar saludable, es que hay otros factores que afectan al bienestar que interfieren en la toma de decisiones o incluso limitan nuestras opciones”, explica la experta. Y y es que la tecnología ha supuesto un avance en todos los aspectos. “Pero a pesar de encontrar herramientas que podrían reducir la jornada laboral, mantenemos maratones diarios de 8, 12 o más horas al día”, señala. Tampoco el ocio se separa de los avances tecnológicos, pues nos “atrapan” las series, videojuegos o redes sociales”.
La bióloga apunta a que las pantallas “entrenan en nuestro cerebro una preferencia por la recompensa inmediata”, limitando así nuestra capacidad para valorar las acciones que benefician claramente nuestra salud a largo plazo, de tal forma que “vamos en automático”. Así sentimos que no tenemos tiempo para cocinar sano, realizar actividad física o pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos para alimentar nuestras relaciones personales.
¿CÓMO PODEMOS EMPEZAR A VIVIR MÁS SANO?
El sedentarismo está en auge desde hace un par de años, tal y como señala la autora, que se puede ver agravado por el estrés crónico. Y es que el estrés “se correlaciona con el distrés emocional”, generando síntomas de ansiedad, depresión, ira y desesperanza. De ahí que practicar una actividad física moderada o intensa por unos 30-45 minutos cada día sea clave para aliviar el estrés y es que realizar deporte libera endorfinas y moléculas relacionadas con la contracción muscular y otros procesos.
"El ocio de las plataformas digitales en entornos ramificados y cortoplacistas entrenan en nuestro cerebro una preferencia por la recompensa inmediata"
Por eso, la experta indica que hay que “defender un contexto social favorable a la salud” y es que el contexto tiene mucha capacidad de influencia en la toma de decisiones. De hecho, cada vez salen más estudios que relacionan el estatus socioeconómico al sedentarismo o a dietas menos equilibradas, que llevan a peores pronósticos de salud a largo plazo. Así que hay que promover espacios urbanos favorables al deporte, proteger las zonas más empobrecidas de los locales de comida rápida que son menos saludables (aunque más económicos y accesibles) y acercar las proteínas de calidad, legumbres, frutas y verduras a estos núcleos.
Por último, la autora también recomienda a título individual promover el autocuidado, pero sin hacerlo desde la autoexigencia, sino siendo “comprensivos con nosotros mismos”. En su libro, Tamara ofrece 5 menús de hábitos saludables a los que podemos recurrir para mejorar nuestro bienestar, incorporándolos de forma progresiva. Y el cambio puede empezar desde ya, “bajo la filosofía de que todo suma”. Según la bióloga, “es importante eliminar el perfeccionismo de la salud, porque nos puede dejar inmóviles y desprotegidos”, de tal manera que “la restricción y la prohibición sólo nos llevan a más estrés y autocastigo”.