Los órganos, entre ellos la piel, obedecen a procesos fisiológicos que van variando conforme se pasa de un estado de ánimo a otro. Por ejemplo, el mal humor, además de alterar el organismo, dibuja en el rostro numerosas líneas de expresión.
Por esta razón, la doctora Fercasy, directora médica de la clínica que lleva su nombre, señala que antes de entregarse a la ira y la irritabilidad, se deben tener en cuenta los diferentes perjuicios que esto tiene para la piel: las líneas de expresión y las arrugas debidas a los gestos realizados; el enrojecimiento del rostro al activarse el sistema circulatorio y comenzar a funcionar mucho más rápido; y la dermatitis, que responde a la inflamación y a la resequedad de la dermis.
Por ello, los expertos recomiendan relajarse y, sobre todo, sonreír, aunque no demasiado ni a carcajadas, porque esta mueca también puede llegar a provocar líneas de expresión muy marcadas, especialmente alrededor de la boca y en el surco nasogeniano.
Los órganos, entre ellos la piel, obedecen a procesos fisiológicos que van variando conforme se pasa de un estado de ánimo a otro
Pero además del mal humor, existen otras emociones que se experimentan a lo largo de la vida que también pueden afectar a la piel. El estrés es una de ellas, ya que bajo niveles de este la piel se vuelve opaca por falta de relajación, a la vez que aparece el acné, debido a la alta producción de cortisona.
También juega un papel importante el miedo, dado que ante una situación que provoca temor, los ojos se abrirán mucho más de lo habitual y se levantarán las cejas, provocando arrugas en la frente.
Otra causa es la depresión, ya que las consecuencias más visibles del rostro cuando se sufre de esta son la hinchazón de ojos y la aparición de ojeras. Asimismo, hay que destacar la interrupción en el proceso de regeneración celular, lo que acelera la aparición de líneas de expresión, a la vez que apaga la luminosidad de la piel.
A su vez, las personas que están tristes no suelen querer salir a la calle, por lo que se verán faltas de vitamina D, volviéndose su rostro más pálido.