En ocasiones nuestra piel dice basta y se muestra irritada, con granitos u otros signos de que algo no va bien. Es este momento cuando hay tomar medidas y adoptar los cuidados necesarios.
Por ello, Laura Granados, farmaceútica especialista en dermocosmética y responsable de bienestar de Spirit SkinBar, nos identifica algunos de los síntomas más habituales que manifiestan errores en nuestra rutina de cuidado facial.
¿TU PIEL ESTÁ IRRITADA, TIRANTE Y CON ESCOZOR?
Existen múltiples causas para estos síntomas. Puede deberse a intolerancia a algún ingrediente cosmético, a ciertos alimentos, estrés, o simplemente a que utilizamos un producto que no es adecuado para nuestro tipo de piel. Las afecciones como la rosácea, la dermatitis atópica o seborreica se pueden exacerbar por cambios bruscos de temperatura o épocas emocionalmente complicadas.
En este sentido, debemos evitar los limpiadores agresivos y demasiado astringentes, y limitar el uso de cepillos limpiadores y/o exfoliantes que irritan la piel. Hay que mantener la piel correctamente hidratada y ser rigurosos con el uso de protector solar.
En cuanto mostremos síntomas de irritación, hay que eliminar el producto causante. Si nuestro problema es la dermatitis atópica emplearemos tratamientos emolientes específicos tras una higiene relipidizante sin jabón. Las pieles con rosácea o dermatitis seborréica requieren de cosméticos que aumenten la tolerancia a las agresiones externas y refuercen los capilares.
¿HAS ABUSADO DE LOS ÁCIDOS Y TU PIEL ESTÁ DESCAMADA?
El retinol y otros ácidos se han convertido en ingredientes muy populares en cosmética por sus propiedades antienvejecimiento. Tanto AHAs como retinoides son muy eficaces pero requieren de experiencia en su manejo. Si no los utilizamos correctamente podemos irritar, resecar la piel o hacerla más propensa a la aparición de manchas, por lo que siempre debemos consultar a un especialista que nos prescriba los productos adecuados.
Los errores más habituales son no seguir la pauta de aplicación hasta adaptar la tolerancia de tu piel al retinol en función de su tipo y concentración, o utilizar dosis excesivas de AHAs de golpe, demasiado seguidas o mal combinadas con otros activos. Así pues, empieza por las dosis más bajas y espaciadas en el tiempo, aumenta la dosis y frecuencia progresivamente. También, debemos ser especialmente constantes con la hidratación y protección solar, y es mejor emplear estos productos por la noche, aunque ya hay en el mercado retinoles aptos para su uso durante el día.
¿DE LA NOCHE A LA MAÑANA SUFRES UNA ERUPCIÓN CON GRANITOS ROJOS?
Lo más probable es que se deba a una reacción fotosensible o alergia a algún alimento, cosmético o medicamento. Debemos insistir en utilizar protección solar y aún más si estamos tomando algún medicamento, ya que muchos son fotosensibilizantes y pueden dejarnos manchas postinflamatorias.
Inmediatamente, hay que dejar de usar el cosmético que pensamos causa esta reacción. Si persiste, hay que realizar pruebas de alergia y revisar intolerancias alimentarias. También se debe evitar la exposición solar y utilizar siempre la máxima protección oral y tópica.
¿NO ERES CAPAZ DE CONTROLAR LOS PUNTOS NEGROS Y EL ACNÉ?
El acné y los puntos negros suelen tener tres causas: cambios hormonales, una higiene y tratamiento inadecuado para las pieles mixtas o grasas, o el abuso de alimentos que estimulan las glándulas sebáceas.
Por tanto, lo primero que debes hacer es consultar a un farmacéutico especializado en dermocosmética que valorará tu caso y te derivará al dermatólogo si fuese necesario. Te prescribirá un tratamiento específico que regule la producción del sebo, evite su oxidación y trate los brotes de acné en función de la severidad.
En casa debemos ser estrictos con la rutina de limpieza y desmaquillado, mañana y noche. Por otra parte, evitaremos los productos oclusivos que favorezcan el acumulo de queratina en los poros y una vez a la semana, exfoliaremos el rostro y emplearemos una mascarilla seboreguladora.
¿TE SALEN VIRUTAS DE GOMA DE BORRAR CUANDO TE APLICAS LA HIDRATANTE?
Seguramente hay incompatibilidad de algún componente entre varias formulaciones aplicadas conjuntamente o necesitas una buena exfoliación para retirar células muertas. Para evitarlo, elige siempre los tratamientos adecuados a tu tipo de piel. Aplícalos en la cantidad justa, calentándolos entre los dedos para favorecer su penetración y extenderlos simplemente lo necesario para su absorción. Asimismo, utiliza productos exfoliantes periódicamente para que los productos puedan penetrar correctamente.