Del 9 al 15 de octubre celebramos la Semana Mundial de la Lactancia Materna, unas jornadas en las que se tiene por objetivo una visibilización mayor y el apoyo a las mujeres, en la lucha por sus garantías como madres lactantes. Si bien en el resto del mundo esta semana se celebra en agosto, Europa lo hace en la semana 41 del año, como paralelismo entre la semana más probable de parto si el embarazo ocurriera el 1 de enero.
Actualmente, la elección de la lactancia materna como forma de alimentación exclusiva del bebé alcanza el 48% en todo el mundo, habiendo vivido así un aumento de 10 puntos porcentuales en la última década. Sin embargo, aún queda mucho camino por hacer y son también muchas las claves que se reivindican en este día. Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) reclaman la necesidad de facilitar la vida a las mamás en todos los ámbitos para favorecer la lactancia materna y que tanto mujeres como bebés pudieran beneficiarse de ella.
La OMS recomienda prolongar la lactancia materna durante, al menos, los 6 primeros meses de vida del bebé
Desde que ocurriera la pandemia de la Covid-19, la sociedad ha vivido periodos de inestabilidad económica y de roles laborales en todo el globo, siendo las mujeres en edad fértil uno de los grupos mayormente afectados. Lo cierto es que la situación ha provocado la interrupción del acceso a los servicios de apoyo prenatal, posnatal y de lactancia, así como ha aumentado el riesgo de desempleo. En definitiva, se ha vivido una situación de vulnerabilidad que ha hecho a muchas mujeres retrasar su decisión de ser madres o de, incluso, abandonarla.
Para ponerlo en cifras, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, más de 500 millones de mujeres trabajadoras no se benefician de medidas de protección de la maternidad esenciales. Asimismo, tan solo el 20% de los países exigen a las empresas que ofrezcan a las empleadas pausas remuneradas e instalaciones para la lactancia o la extracción de leche. Todo ello se ha traducido en que menos de la mitad de los menores de seis meses se alimentan exclusivamente de leche materna, a pesar de las recomendaciones del personal sanitario.
Ante este contexto, la Semana Europea de la Lactancia Materna 2023 ha decidido poner el foco en el ámbito laboral de las mujeres lactantes, bajo el lema ‘Amamantar y trabajar: ¡hagamos que sea posible!’. Como experta, Susana Ares Segura, coordinadora del área de Lactancia Materna del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (CNYLM-AEP), observa que “muchas mujeres desean prolongar la lactancia materna más allá del periodo de baja maternal, que en España son 16 semanas (lejos de los seis meses recomendados por la OMS y Unicef)”. Sin embargo, destaca que les es difícil compatibilizarlo con el trabajo: “No deberían tener que elegir entre una cosa u otra”, señala.
FACILITAR LA LACTANCIA MATERNA EN EL ÁMBITO LABORAL
Por ello y por los beneficios asociados a la lactancia materna, reclama que “todos los agentes sociales que rodean a la madre y su hijo (pareja, familia, personal sanitario, el entorno laboral, etc.) deberían poner facilidades para mantenerla y prolongarla todo el tiempo necesario”. En ese sentido, la AEP ha establecido las siguientes recomendaciones a las empresas, con el objetivo de que las madres puedan amamantar a sus hijos recién nacidos o extraerse leche materna:
- Proporcionar periodos de descanso a las empleadas.
- Ofrecer espacios adecuados, íntimos y dignos para la lactancia en la empresa.
- Facilitar opciones para compatibilizar la lactancia, como la flexibilidad en los horarios, jornada parcial o teletrabajo.
- Informar a las mujeres embarazadas y al resto de trabajadores de que su empresa cuenta con una política de apoyo a la lactancia.
“Las madres no deberían tener que elegir entre el trabajo y la lactancia materna”
Adicionalmente, la AEP recuerda que la OMS propone un permiso de maternidad remunerado de un mínimo de 18 semanas, preferiblemente de 6 meses, para que madre y bebé puedan aprovechar todos sus beneficios. La doctora Ares Segura explica, además, que estas medidas también son positivas para la empresa, ya que “mejora el grado de compromiso de las mujeres con la empresa, reduce el absentismo laboral, favorece una mayor tasa de reincorporación al puesto de trabajo tras la baja maternal, aumenta el rendimiento y se produce una menor pérdida de trabajadoras cualificadas por motivos ligados a la maternidad”.