Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado estrés, ya sea por el trabajo, las relaciones sociales o un cambio importante en nuestra vida.
Este puede afectarnos de manera psicológica y física. De hecho, algunos de los efectos que tiene el estrés sobre los sistemas y procesos corporales puede causar pérdida de peso de diferentes maneras.
Por ejemplo, el estrés y las malas elecciones dietéticas pueden contribuir a la inflamación generalizada y a la pérdida de peso. Esta inflamación puede causar la activación del nervio vago, lo que influye en cómo el intestino procesa y metaboliza los alimentos.
Por otro lado, cuando el cuerpo está bajo estrés, el sistema nervioso simpático desencadena la liberación de epinefrina, también llamada adrenalina, desde las glándulas suprarrenales. Una descarga de epinefrina activa la respuesta de lucha o huida del cuerpo, que prepara a una persona para huir o luchar contra una amenaza inminente.
El estrés y las malas elecciones dietéticas pueden contribuir a la inflamación generalizada y a la pérdida de peso
La epinefrina hace que el corazón lata más rápido y que la respiración se acelere, lo que puede quemar calorías. Además, cambia la forma en que el intestino digiere los alimentos y altera los niveles de glucosa en la sangre.
Asimismo, el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) controla la respuesta del cuerpo al estrés, que afecta los niveles de cortisol.
Cuando el cuerpo está bajo estrés, la glándula pituitaria envía señales a las glándulas suprarrenales para liberar cortisol. Esta hormona aumenta el combustible del cuerpo para obtener energía al liberar ácidos grasos y glucosa del hígado.
El cortisol también ayuda a regular la respuesta inmune del cuerpo y reduce la inflamación.
El estrés crónico deteriora el funcionamiento del eje HPA, causando cambios en el metabolismo y los hábitos alimenticios.
Por otro lado, el estrés afecta a todas las partes del sistema gastrointestinal, incluido el esófago, el estómago y el intestino.