Correr siempre ha estado de moda. Hace años se llamaba jogging o footing a correr sin prisas y ahora al ejercicio con mayor intensidad se le denomina running... Lo que es evidente es que en los últimos tiempos hay un verdadero boom con esta actividad deportiva y la única manera de afrontar este reto con garantías y sin riesgos es someterse a un chequeo médico deportivo previo.
“Si no se hacen unas pruebas mínimas, pueden aparecer problemas ocultos de tipo cardiaco, metabólico o endocrino”, señala el doctor Miguel Santiago, especialista en Medicina Deportiva del Policlínico HM Matogrande de A Coruña.
Este especialista insiste en que correr aporta muchos beneficios para la salud: “Por un lado, en los planos cardiovascular, respiratorio y muscular, estar activo permite que el organismo funcione mejor. Además, mejora la autoestima, las relaciones sociales y facilita la integración en un grupo”.
No obstante, esta práctica también tiene aparejada una serie de riesgos como los vinculados al sistema locomotor. “Es un hecho que correr favorece el riesgo de lesiones. El corredor asume que unos días le dolerá la rodilla y otros el tobillo. Pero lo importante es minimizar al máximo esos riesgos”, explica el doctor.
En este sentido, para saber si se está en condiciones de correr con regularidad o no, la única manera es someterse a una evaluación médica. A veces, los problemas que se detectan se pueden arreglar, pero otras es mejor cambiar el tipo de actividad, por la seguridad del deportista.
Si existe un sobrepeso muy acusado, es preferible caminar, ir al gimnasio, nadar o hacer otra actividad mientras se pierde ese exceso de peso, antes de empezar a correr. Cuando el organismo es joven, responde mejor, pero con más edad y un período de desadaptación de la estructura muscular, requiere más tiempo.
Correr aporta muchos beneficios en el plano cardiovascular, respiratorio y muscular, además de mejorar la autoestima y la sociabilidad
“Si no se hacen unas pruebas mínimas, pueden aparecer problemas ocultos de tipo cardiaco, metabólico o endocrino”, señala el doctor Miguel Santiago, especialista en Medicina Deportiva del Policlínico HM Matogrande de A Coruña.
Este especialista insiste en que correr aporta muchos beneficios para la salud: “Por un lado, en los planos cardiovascular, respiratorio y muscular, estar activo permite que el organismo funcione mejor. Además, mejora la autoestima, las relaciones sociales y facilita la integración en un grupo”.
No obstante, esta práctica también tiene aparejada una serie de riesgos como los vinculados al sistema locomotor. “Es un hecho que correr favorece el riesgo de lesiones. El corredor asume que unos días le dolerá la rodilla y otros el tobillo. Pero lo importante es minimizar al máximo esos riesgos”, explica el doctor.
Existen riesgos vinculados al sistema locomotor, metabólico, endocrino y cardiorrespiratorio que hay que vigilar por medio de un especialista
Por otra parte, también hay riesgos cardiorrespiratorios, por lo que es muy importante valorar el momento en el que se sale a correr, escoger una indumentaria y equipación adecuadas o incluso modificar la planificación de la actividad si las condiciones ambientales así lo requieren, como por ejemplo los días de alerta amarilla o roja por el intenso calor.En este sentido, para saber si se está en condiciones de correr con regularidad o no, la única manera es someterse a una evaluación médica. A veces, los problemas que se detectan se pueden arreglar, pero otras es mejor cambiar el tipo de actividad, por la seguridad del deportista.
Si existe un sobrepeso muy acusado, es preferible caminar, ir al gimnasio, nadar o hacer otra actividad mientras se pierde ese exceso de peso, antes de empezar a correr. Cuando el organismo es joven, responde mejor, pero con más edad y un período de desadaptación de la estructura muscular, requiere más tiempo.