¿Tienes reglas abundantes y dolorosas? Podría ser menorragia, condición médica infradiagnosticada

Descubre los síntomas, las causas y las opciones de tratamiento de la menorragia, una condición médica con un fuerte impacto en la calidad de vida de la mujer

Mujer con regla abundante y dolorosa, condición conocida como menorragia (Foto. Freepik)
Mujer con regla abundante y dolorosa, condición conocida como menorragia (Foto. Freepik)
14 mayo 2024 | 11:00 h
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Cada ciclo menstrual es único, como lo es cada mujer. Sin embargo, no todas las menstruaciones se consideran normales. De hecho, los sangrados abundantes o prolongados son un motivo frecuente de consulta ginecológica: suponen en torno a un tercio de las consultas en la atención médica especializada, tal y como explicaba para ConSaludTV la doctora Sonia Martínez, ginecóloga del Hospital Universitario de Torrecárdenas de Almería, responsable de la Unidad de Histeroscopia y Cirugía Uterina.  

Menorragia es el término que da nombre a los sangrados uterinos anormales y es una condición que impacta significativamente en la calidad de vida de la mujer: a nivel salud, además del dolor, puede generar cansancio, agotamiento y anemia, pero también repercute en la vida diaria, impidiéndole desarrollar sus actividades cotidianas con normalidad y haciéndole renunciar a los eventos sociales y a la vida sexual por la incomodidad o por las molestias físicas que le supone.

La menorragia es una condición médica infradiagnosticada con un fuerte impacto en la calidad de vida de la mujer

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), las menorragias o sangrados abundantes se han establecido en aquellos superiores a los 80 mililitros por ciclo. Sin embargo, esto es algo difícil de cuantificar, por lo que la menorragia se ha aceptado comúnmente con la asociación entre sangrados normales abundantes y anemia, así como con la consideración en el impacto que provoca en la vida de la mujer. Por todo ello, se considera que la menorragia es una condición médica infradiagnosticada.

CAUSAS DE LA MENORRAGIA

El crecimiento excesivo o anómalo del endometrio, la capa que se regenera con cada ciclo menstrual, es la causa principal de los sangrados dolorosos y abundantes. Y, según la SEGO, este evento puede deberse a distintos factores:

  • Anomalías estructurales, como la presencia de pópilos, un mioma o la adenomiosis.
  • Anomalías no estructurales, como las coagulopatías, una disfunción ovulatoria, endometrial, iatrogénica y no clasificada. El trastorno ovulatorio es el causante del 57,7% de los casos de las menorragias.

Para identificar cuándo un sangrado es normal, además de apreciar cómo la menstruación interfiere con la calidad de vida de la mujer, puede atenderse a la duración del período. Si el período es superior a 7 días o si es necesario cambiarse el producto de higiene menstrual cada dos horas aproximadamente, se considera un sangrado anormal. En estos casos, se recomienda acudir al médico para identificar las causas y proceder con el tratamiento más indicado.

La opción quirúrgica debe ser la última línea de tratamiento, en favor de los AINEs, del ácido tranexámico, los anticonceptivos hormonales o la ablación endometrial

Como otros factores de riesgo, destaca la edad, pues a medida que se acercan a la menopausia, las mujeres ven reducidos sus niveles de estrógenos. Esta hormona, responsable de la regularidad de los ciclos menstruales, también provoca sangrados abundantes, especialmente si la mujer no libera un óvulo durante su ciclo. Asimismo, las adolescentes tampoco suelen liberar óvulos durante su primer año menstrual, hecho asociado a las reglas anormales y dolorosas.

TRATAMIENTO

Para el abordaje de las menorragias, es muy importante atender a las causas que las provocan. Como primera línea, se suelen utilizar los tratamientos con AINEs o con ácido tranexámico con el objetivo de reducir el sangrado. También se emplean los anticonceptivos hormonales o el DIU para disminuir la cantidad y la duración de la menstruación. Por otro lado, la ablación endometrial está demostrando resultados eficaces. Esta técnica es rápida, mínimamente invasiva y de fácil recuperación, consistente en la utilización de un dispositivo por radiofrecuencia que destruye o reduce la membrana endometrial para controlar la menorragia. Y, por último, existe la posibilidad de la histerectomía (extirpación del útero). Si bien es definitiva, la opción quirúrgica debe ser siempre considerada como la última línea de tratamiento.

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