La mayoría de mujeres que deciden someterse a una intervención de reducción de mamas lo hacen por problemas y molestias en la espalda. Es la conclusión a la que ha llegado la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), después de realizar un estudio. Una de cada 20 españolas que recurren a la cirugía plástica lo hacen para realizarse una reducción de mamas, es la octava intervención estética más demandada por las mujeres en nuestro país con un 4.8% de total.
¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES CAUSAS PARA SOMETERSE A UNA MAMOPLASTIA DE REDUCCIÓN?
El dolor de espalda es el principal motivo para realizarse una mamoplastia; sin embargo, el peso no es la causa primordial que produce esas molestias. El problema son las medidas posturales que adoptan las mujeres con un pecho grande ya que para disimular el pecho suelen encorvarse, hecho que genera unas molestias, sobre todo en las zonas cervicales y dorsal alta. Si fuese por el peso, los hombres con una masa muscular elevada en la zona pectoral también padecerían el mismo dolor.
Otra de las razones por las que se someten a la reducción son: la aparición de eccemas o de intértrigo (inflamación de la piel en los pliegues de ésta) en la parte inferior del pecho, la excesiva presión y las molestas marcas de los tirantes del sujetador en los hombros. También, otro de los motivos es la dificultad para realizar ejercicio físico.
Asimismo, existen patologías, como la hipertrofia mamaria virginal que, aunque es benigna, hace recomendable la reducción mamaria.
Por ello, es muy frecuente que las pacientes que acuden a un cirujano plástico y reparador para someterse a este tipo de intervención vengan derivadas por sus médicos de atención primaria o por otros especialistas como traumatólogos o reumatólogos.
¿CÓMO SE LLEVA A CABO LA MAMOPLASTIA DE REDUCCIÓN?
Las intervenciones de reducción de mamas conllevan la extirpación de parte de la glándula mamaria y de grasa y la recolocación del tejido sobrante. Normalmente va acompañada de una intervención de elevación de mamas, cuyo objetivo es la reubicación de areolas y pezones.
Es una intervención que tiene una duración de entre dos y tres horas aproximadamente, puede variar según la técnica utilizada y el volumen de tejido a extirpar. El postoperatorio es cómodo e indoloro, al cabo de 48-72 horas la paciente puede incorporarse a su rutina habitual sin realizar ningún tipo de esfuerzo físico. Durante los primeros días, puede sentir molestias a nivel mamario y pectoral pero se minimizarán con los antiinflamatorios, analgésicos y antibióticos que serán recetados por el médico especialista.
Para satisfacer los deseos de la paciente es muy importante la primera visita con el cirujano plástico porque debe explicarle cuáles son sus deseos en cuanto a la forma y tamaño final. El cirujano podrá determinar así la técnica más adecuada para lograr sus objetivos y explicarle las limitaciones de cada una, si existen.