Practicar deporte es imprescindible para mantenernos en forma. Para ello, muchas veces la solución pasa por apuntarnos al gimnasio, salir a correr todos los días, pasear a nuestras mascotas o incluso practicarlo desde nuestra propia casa. Está claro que practicarlo aporta numerosos beneficios para nuestro cuerpo y por eso su uso está cada vez más extendido.
En cuanto a los ejercicios de esfuerzo, estos se pueden dividir en dos tipos diferentes: aeróbicos que supone un trabajo eminentemente cardiopulmonar y anaeróbico centrado en el entrenamiento muscular y el trabajo de fuerza. Cada uno puede aportar diferentes beneficios y la elección dependerá de nuestros objetivos, pero ambos son recomendables para mantener una salud adecuada.
En este sentido, Javier González entrenador y director de JG Fitness Coaching, nos cuenta la importancia del entrenamiento de fuerza y cuáles son sus principales ventajas.
El entrenamiento de fuerza se asocia con el aumento de la capacidad para mover un peso. Cada movimiento que hacemos a lo largo del día, desde levantarte del sofá, mover un mueble en casa, subir unas escaleras, etc. Acciones que, a medidas que vayamos cumpliendo años, se pueden convertir en verdaderos desafíos si no mantenemos la fuerza muscular.
Aumento de la masa muscular. Esto ayudará a conseguir el propio aumento de la fuerza y puede ser un objetivo estético de algunas personas.
A nivel postural, el ejercicio de fuerza es una opción perfecta para disminuir el dolor, sobre todo cuando se trata de dolor cervical o lumbar.
La práctica de ejercicio conlleva un aumento del metabolismo basal, la contracción muscular precisa de energía, lo que conlleva un aumento del gasto calórico.
Si generamos masa muscular, al recibir un golpe o una caída, habrá menos riesgo de lesión, fractura, rotura o luxación en las articulaciones.
Puede generar un aumento de la percepción de nuestro cuerpo en el espacio. Este sentido se conoce como propiocepción y se relaciona con el equilibrio y la coordinación.
Protege frente a enfermedades de diferente índole. Desde enfermedades cardiopulmonares, neurodegenerativas, alteraciones de la salud mental o síndromes metabólicos entre otros; ya sea para prevenir su aparición, combatir los síntomas, disminuir su progresión e incluso adquirir un carácter paliativo.
Efecto sobre la diminución del dolor. El dolor es una situación muy frecuente en nuestra sociedad, y el ejercicio físico, incluyendo el entrenamiento de fuerza, es una opción de tratamiento para estas situaciones.