La tromboflebitis es una afección que consiste en la inflamación de una vena debido a un coágulo de sangre. Sus síntomas más característicos con la hinchazón y dolor en el área, normalmente tienen lugar en las piernas. Además, existen dos formas de tromboflebitis: la venosa superficial (TSV) y la profunda (TVP), que más severa.
Lesiones, sedentarismo y sangre espesa puede provocar esta condición, aunque padecer cáncer, el embarazo o una avanzada edad aumenta el riesgo. Por lo general, la mayoría de personas se recuperan favorablemente, algunas pueden desarrollar coágulos en las venas más profunda que requieran atención médica.
SÍNTOMAS
La sintomatología depende, en gran medida, de la gravedad y la ubicación del coágulo. En ese sentido, la tromboflebitis puede tener lugar en cualquier parte del cuerpo, pero las piernas son el área más frecuente donde se encuentran. Para identificar sus síntomas, conviene distinguir entre las tipologías de tromboflebitis.
Algunos indicadores del tipo superficial incluyen:
- Sensibilidad e hinchazón en la zona
- Piel caliente y con picazón
- Decoloración de la piel
- Cambios en la textura o apariencia de la piel
Los cambios en la piel y las venas distendidas son el principal indicador
Los indicadores de la tromboflebitis profunda son:
- Dolor o sensibilidad
- Venas distendidas y abultadas
- Venas duras y firmes
- Oscurecimiento de la piel
Las personas con DVT pueden no experimentar síntomas y sufrir una embolia pulmonar, una condición potencialmente mortal donde el coágulo viaja hasta los pulmones. En ese sentido, algunas de las señales más inmediatas de padecer una embolia pulmonar son: dolor en el pecho, tos, sudoración excesiva, dolor de espalda, labios o uñas azules, mareos y dificultad para respirar.
CAUSAS
El principal motivo por el que tiene lugar la tromboflebitis es la presencia de un coágulo de sangre en una vena, entonces la vena sufre una inflamación. Las causas por las que estro ocurre varían desde una lesión en una vena, una reducción del flujo sanguíneo provocada por la inmovilización prolongada (por ejemplo, durante vuelos largos) y el aumento de la viscosidad en sangre (la deshidratación o determinadas afecciones médicas pueden estar detrás).
Algunas personas son más propensas a sufrir complicaciones con un coágulo sanguíneo. Los motivos son: avanzada edad, cáncer, tabaquismo, obesidad, embarazo, antecedentes familiares relacionados con la coagulación sanguínea, el uso de anticonceptivos hormonales, una cirugía reciente u otras lesiones.
Para prevenir el desarrollo de coágulos hay algunos cambios en nuestro hábito de vida que podemos implementar como evitar el tabaco y las prendas ajustadas que limiten el flujo de la sangre, así como tratar de mantener un peso moderado y mantenerse activo.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
A parte de un examen fisco completo, las pruebas diagnósticas son necesarias para determinar un caso de tromboflebitis. De cara a los análisis de sangre: la prueba de dímero D, un hemograma completo o estudios de coagulación son las evaluaciones estándar. Por otro lado, también se puede requerir las pruebas diagnósticas por imágenes como la ecografía dúplex, la resonancia magnética o la flebografía.
El tratamiento depende de la gravedad y ubicación del coágulo. Pero, las opciones suelen incluir:
- Reposo y elevación de la extremidad: Con esta estrategia se reduce la hinchazón y estimula la circulación.
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno.
- Aplicación de compresas tibias o frías para aliviar las molestias y mejorar la circulación.
- Usar medias de compresión o vendajes.
- Tomar medicamentos anticoagulantes.
- En los casos más severos, cirugía para eliminar el coágulo y reparar la vena.