Tener una piel sana no sólo es sinónimo de tener una piel bonita, sino que es algo que va mucho más allá, pues es el órgano que nos protege frente al exterior. Sin embargo, es muy delicada y requiere de unos cuidados diarios para fortalecerla y evitar que se altere su estado, ya que en ella influyen todo tipo factores que nos rodean en nuestro día a día: los rayos de sol, los cambios de temperatura, la contaminación, la alimentación, causas hormonales, el estrés y la falta de sueño, el tabaco y el alcohol…
Cuando notas tu piel más tirante o seca, con la aparición de brotes de granos o eccemas, es probable que su función de barrera esté alterada. Como podrás imaginar, es de vital importancia mantenerla en buen estado, así que hoy te ayudamos a descubrir qué es exactamente la barrera cutánea y te damos los consejos para identificar si la tuya está en buen estado.
¿QUÉ ES LA BARRERA CUTÁNEA?
La piel se compone de distintas capas y cada una de ellas desempeña sus propias funciones. La más interna se conoce como hipodermis y es la que funciona como almohadilla y aislante del cuerpo. Después, entre medias encontramos la dermis, que es la parte más gruesa y elástica, encargada de la firmeza del tejido cutáneo. En la más externa de las capas encontramos la epidermis, que es la que podemos tocar con nuestras propias manos. En ella viven millones de microorganismos, así como encontramos las células muertas que se van eliminando mediante el proceso de descamación de la piel.
Es precisamente la epidermis la que nos protege frente al exterior, por lo que lógicamente, aquí se encuentra localizada la función de barrera cutánea. Está compuesta, por un lado, de células que actúan como ladrillos y, por otro lado, de sebo natural (lípidos) y proteínas que harían de mortero. Esta composición regula la humedad existente entre las células y su retención de agua, por lo que un correcto equilibrio entre agua y aceites de la piel asegura una buena barrera cutánea. Es lo que conocemos como equilibrio hidrolipídico.
Una piel suave, sin descamaciones ni rojeces es síntoma de una barrera cutánea fortalecida
La importancia de tener una buena barrera cutánea viene dada porque además de retener la humedad, protege frente a los patógenos y los radicales libres. Es una capa que impide que las sustancias nocivas penetren en el cuerpo, mientras que mantiene unos correctos niveles de líquidos y grasas. Además, una barrera cutánea saludable fortalece el microbioma cutáneo, ya que neutraliza los microbios patógenos y favorece las bacterias buenas para reforzar el sistema inmune de la piel.
¿ESTÁ MI BARRERA CUTÁNEA DAÑADA?
Para identificar si tu barrera cutánea está fuerte o debilitada, puedes atender a los siguientes síntomas:
- Si tu piel está irritada y muestra enrojecimiento, picazón, sequedad, descamación y heridas que tardan en cicatrizar, deberías alarmarte.
- Si has usado productos que incluyes a diario en tu rutina facial y tu piel muestra comportamientos anormales, también es señal de barrera cutánea dañada.
- Si aparecen brotes de granos o erupciones cutáneas desproporcionadas, es síntoma de un mal estado.
- El aspecto apagado y opaco de la piel muestran una barrera cutánea perjudicada.
Por el contrario, si notas la piel suave, sin descamaciones, con el sebo natural controlado y sin reacciones, querrá decir que gozas de una barrera cutánea en buen estado de salud. Conociendo estas señales y atendiendo a las necesidades de nuestra piel y barrera cutánea, asegúrate de buscar los productos adecuados para su cuidado y si no sabes cómo hacerlo, no dudes en consultar a tu dermatólogo.