1. Vino blanco: el alcohol seca la boca y disminuye la saliva, que es la encargada de eliminar las bacterias malas, por lo que da lugar a su vez a caries y manchas. En concreto, el vino blanco es más ácido que el vino tinto y eso hace que el esmalte de los dientes se vuelva más poroso.
"El alcohol seca la boca y disminuye la saliva, que es la encargada de eliminar las bacterias malas, por lo que da lugar a su vez a la formación de caries y manchas"
2. Yogur: tiene muchos nutrientes, como el calcio, la proteína y la vitamina D. No obstante, a menudo se le añaden azúcares adicionales para compensar la pérdida de sabor. En este sentido, una dieta alta en azúcar puede dañar las fibras de colágeno, haciéndolas incapaces de recuperarse y, por tanto, podría envejecer la apariencia de la piel.
3. Fruta deshidratada: suelen tener hasta 23 gramos de azúcar por porción y tienden a quedarse trozos entre los dientes. Cuando esto ocurre y el azúcar se queda pegado entre las piezas dentales, las bacterias causan decoloración, placa y caries. También son altas en sulfitos, lo que puede aumentar la acción de los radicales libres, que impiden la regeneración del colágeno.
4. Limonada: los limones son muy ácidos y esto los convierte en uno de los peores alimentos para el buen estado de los dientes, ya que impide la remineralización del esmalte.
5. Margarina: contiene un alto aporte de grasas trans, lo que forma radicales libres que dañan la piel a largo plazo. Además, este tipo de grasa causa inflamación, lo que también se asocia con el envejecimiento y las enfermedades degenerativas relacionadas con la edad.
6. Bacon. Las carnes que se conservan con sales, como el bacon, el tocino y el salami no solo contienen sulfitos que destruyen el colágeno, sino que también conducen a la deshidratación de la piel haciendo que esta parezca arrugada.
7. Café: beber varios cafés al día expone constantemente a los dientes al ácido que contiene, y ya si le echamos azúcar, la exposición es doble.
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