La cara tiene cerca de 43 músculos que junto la sistema nervioso permiten las expresiones y los movimientos faciales. Sin embargo, existen algunos factores que pueden desencadenar la sobrecarga en nuestro rostro. De esta forma se producen las contracturas faciales, que muchos no saben que existen.
APRENDE A IDENTIFICAR LAS CONTRACTURAS FACIALES
Ciertos hábitos, o la tensión muscular y el estrés son algunos de los desencadenantes de estas poco conocidas contracturas. Normalmente, no somos conscientes de la tensión que padecemos hasta que se manifiesta en molestias y dolor. Cuando nuestra cara sostiene la tensión muscular se produce este resultado, y pueden presentarse de múltiples maneras. Aunque no impacta de igual manera en todas las personas, estos son algunas de las causas más frecuentes:
- Estrés emocional: Fruncir el ceño, apretar la mandíbula o tensar los músculos que rodean la mirada son algunas de las zonas donde podemos notar mayorrigidez. Esto podría ser un indicador de tensión muscular.
- Fatiga muscular: Las emociones reprimidas pueden causar en nuestro rostro que forcemos de manera involuntaria algunos gestos. Este sobre esfuerzo acaba por causar la contractura en nuestro rostro.
- Bruxismo: Esta patología es de las más comunes. Consiste en apretar los dientes y la mandíbula de manera inconsciente, esto suele tener lugar mientras dormimos.
- Postura incorrecta: Algunas acciones como mantener una postura incorrecta durante largos periodos de tiempo o inclinar la cabeza hacia delante puede provocar tensión desde el cuello hasta la cara.
- Mal uso de los dispositivos: Uno de los hábitos más cotidianos es mirar la pantalla del móvil, una realidad que lejos de provocar tensión ocular, también puede afectar a los músculos de la cara y cuello. Tanto es así, que la excesiva concentración hacia las pantallas de ordenador puede provocar de igual manera tensión en la cara involuntariamente.
“El estrés del día a día puede haberse instalado en nuestra vida sin que ni siquiera lo sepamos"
SOLUCIONES Y TRATAMIENTOS
El tratamiento para poner fin a estas patologías dependerá en gran medida del nivel de contractura que tengamos y la causa. Los tratamientos de relajación facial son una de las técnicas más eficaces.
No solo alivia el dolor, sino que mejora la apariencia favoreciendo la simetría. Desde los Centros de Tratamientos Marquessa recomiendan hacer un diagnostico personalizado. Además, existe un tratamiento genérico para la relajación muscular, el Tratamiento Symmed Facial. Esta terapia, explica Eva Collar, fundadora de Marquessa, permite trabajar en la zona afectada y, además de brindar un efecto relajante muscular, "ofrece resultados antienvejecimiento al activar los procesos metabólicos y oxigenar los tejidos”.
Este método combina la radiofrecuencia capacitativa, ayudando a llegar a las capas más superficiales con la radiofrecuencia resistiva, que llega a las capas más profundas de la piel. Este tratamiento activa los procesos metabólicos y oxigenar los tejidos. Mientras que su remodelación del óvalo facial y la regeneración de fibras de colágeno ayuda a eliminar tanto la flacidez y las arrugas, como las bolsas y ojeras.
Sus seis electrodos consiguen adaptar el tratamiento a la zona afectada por la contractura, mientras consigue un efecto lifting y relajante. “Permite penetrar en las capas más profundas de la piel creando un efecto térmico que logra acelerar el metabolismo celular, muy beneficioso en casos de molestia por sobresfuerzo muscular”, concluye Collar.