En pleno otoño y con el invierno a la vuelta de la esquina, notamos cómo el frío nos acompaña cada vez más en nuestro día a día. Es posible que ante los cambios de temperatura y calefacción, estemos exponiendo nuestra piel, sobre todo las pieles más sensibles, a un sufrimiento silencioso, que provoca sequedad, tirantez o descamación.
En este sentido, cuando las temperaturas bajan, nuestra piel se contrae y disminuye su irrigación. La falta de oxígeno y otros nutrientes otorgan a la piel un tono apagado. Del mismo modo, se produce una sensación de tirantez, impidiendo la secreción sebácea de nuestras glándulas y dejando la piel muy seca y sensible. En efecto, observamos estos signos especialmente en la zona de los labios, el lateral de la nariz y las manos. Asimismo, también se pueden debilitar los capilares cutáneos, que pueden acabar siendo más permeables, llegando incluso a provocar una cuperosis.
En estas circunstancias, Joaquín Pinar, responsable de la firma cosmética Wherteimar, nos recomienda ciertas pautas que hay que seguir para conservar nuestra piel en perfecto estado y evitar los efectos que el frío pueda provocar en ella.
Crema protectora de día, mascarilla durante la noche y crema para la manos siempre
Entre las precauciones que debemos tomar, debemos, en primer lugar, utilizar cremas que dispongan de principios activos regeneradores, reparadores y protectores. Sobre todo protectores, ya que debemos recordar que también en invierno, hay que aplicar sobre la piel un grado de protección solar. Y es que, no porque los rayos de sol actúen de manera distinta que en verano, significa que ya no estén presentes durante el invierno.
Por otro lado, entre los cosméticos más recomendables, básicamente debemos dar preferencia a productos con texturas ricas, activos calmantes, regeneradores, protectores y antiinflamatorios. Encontrar estas características es la mejor solución para las pieles sensibles al frío y nos ayudará a eliminar la molesta sensación de tirantez e irritación.
Por último, la mejor manera de proteger la piel es mantenerla siempre hidratada y por supuesto, aplicar ese factor de protección. Por esto, Joaquín Pinar, propone el siguiente ritual como rutina de cuidados. Por la mañana, lo mejor es utilizar una crema de alta protección, de textura oleosa y de rápida absorción, aún mejor si está enriquecida con aloe vera, vitamina E y principios activos anti-edad. Durante la noche, Joaquín recomienda aplicar una mascarilla que ofrezca los activos ideales para el rejuvenecimiento cutáneo, como aceite de rosa de mosqueta, alantoína y aloe vera, entre otros. Finalmente, para las manos, aconseja el uso continuado de una crema específica para su cuidado, con una fórmula rica y no grasa, para formar una barrera protectora a modo de guante contra la pérdida de humedad.