Con la llegada del frío y la bajada de temperaturas. El aumento de lesiones crece en gran medida. Por eso, conviene tomar precauciones a la hora de ejercitarnos.
El running es una de las disciplinas más populares entre la población. Tanto es así, que no importa el clima, siempre habrá runners disfrutando del ejercicio.
RUNNING EN INVIERNO
Es más, con el invierno aquí, el running se convierte en una experiencia revitalizante que puede suponer una vía de escape a la monotonía mientras el cuerpo se energiza y el bienestar emocional mejora. No obstante, conviene tomar medidas para estar cómodos y evitar dolores y lesiones. Asimismo, los incidentes por superficies resbaladizas, paisajes oscuros o calambres post-entreno son algunos de los factores a tener en cuenta.
Ante esta situación, Alejandro Maroto, entrenador personal de bluaU de Sanitas busca concienciar sobre las probabilidades de sufrir lesiones musculares o articulares, así como en ligamentos o eventos cardiacos. Maroto establece una serie de pautas que nos conviene tener en cuenta a la hora de exponernos al frío mientras hacemos running.
El cuerpo trabaja de manera extra cuando hace frío para mantener una temperatura interna adecuada
1. VESTIMENTA. Llevar ropa adecuada es fundamental, por eso con varias capas de vestimenta se puede ayudar a regular la temperatura corporal. De igual manera, ajustar la vestimenta al clima es esencial para protegerse.
La forma más adecuada de hacerlo es llevando una capa base, que no sea de algodón y que absorba bien la humedad para prevenir en gran medida la hipotermia. Para seguir, llevar una capa aislante como un cortaviento o una chaqueta para protegerse de las temperaturas bajas y el viento.
2. EXTREMIDADES. Es muy recomendable usar guantes, gorro o una gorra, así como calcetines térmicos para proteger manos, pies y cabeza.
3. CALENTAMIENTO. Antes de correr es fundamental llevar a cabo un calentamiento prolongado, especialmente si hay un clima frío. Esto hace que se incremente la temperatura corporal, prepara los músculos y minimiza el riesgo de lesiones.
4. ESTIRAMIENTOS. De igual manera, estirar es igual de importante. Después de correr conviene estirar suavemente para mejorar la flexibilidad y reducir la tensión muscular, así se reducen en gran medida las lesiones a largo plazo.
5. FORTALECIMIENTO MUSCULAR. Otra forma de evitar lesiones es alternar ejercicios de fortalecimiento muscular con el running. Fortaleciendo algunas áreas como las piernas, glúteos y el core podemos lograr un cuerpo más resistente a los daños.
6. VISIBILIDAD. Durante el otoño e invierno los días y las horas de luz solar son mucho más cortas, por eso ropa con elementos reflectantes y luces LED pueden ser muy útiles para garantizar la visión.
7. CALZADO. Llevar un calzado apropiado es más que aconsejable. Zapatillas con la suela apropiada para tener tracción en las superficies resbaladizas (como le hielo o la nieve) es muy importante. Incluso invertir en un calzado impermeable si tu zona tiene a ser especialmente fría o húmeda.
8. HIDRATACIÓN. Beber agua es realmente importante independientemente de la época del año.
9. PLANIFICAR LA RUTA. Para reducir tropiezos e incidencias conviene evitar caminos peligrosos o resbaladizos. Así como las aceras heladas, oscuras o poco iluminadas.
10. ESCUCHAR AL CUERPO. Ante señales de frío extremo o agotamiento, es conveniente no estresar el cuerpo. Más aún si las condiciones son adversas. Por ello, siempre es posible considerar la posibilidad de adaptar el entreno a los espacios interiores.