La piel puede sufrir todo tipo de cambios, algunos muy curiosos, y llegar incluso a modificar su color. Ejemplo de ello es la carotenemia o carotenodermia, un cuadro que, aunque llamativo, no suele ser importante. Pero, ¿de qué se trata? Generalmente, cuando se deposita en la piel una gran cantidad de betacarotenos, las palmas, plantas, codos y rodillas pueden tomar un color amarillento o anaranjado. En niños, hasta puede verse en torno a la boca y la nariz.
Sin embargo, como indica el jefe de Dermatología Pediátrica del Hospital La Paz, Raúl de Lucas Laguna, si este cambio se debe a la dieta, con disminuir la ingesta de alimentos responsables de la situación, el efecto desaparecerá. El experto ha compartido, a través de su cuenta de Instagram (@rauldelucasderma), las principales características de este cuadro.
La ingesta de alimentos como frutas y verduras de color rojo, amarillo o naranja puede provocar este color en la piel
Así, indica que la ingesta de alimentos como frutas y verduras de color rojo, amarillo o naranja puede provocar este color en la piel. Entre los principales alimentos se encuentran la zanahoria, el mango, la batata o el tomate. “También podemos encontrar grandes cantidades de carotenos en vegetales verdes como las coles. Además, aunque en menor cantidad, se encuentran en los huevos y los lácteos”.
Los carotenos son muy importantes en la dieta, porque favorecen la síntesis de vitamina A, además de ser potentes antioxidantes. “En la infancia, son fundamentales para el crecimiento, y también son clave durante el embarazo”. Más allá de la pigmentación, el consumo excesivo de esta sustancia no produce ningún tipo de problema para la salud. Aún así, es importante considerar otras posibilidades menos frecuentes, “pero más importantes”.
DIFICULTADES EN EL DIAGNÓSTICO DE ENFERMEDADES
El experto señala que este cuadro puede provocar problemas a la hora de diagnosticar otras enfermedades, “sobre todo con la ictericia, un depósito de bilirrubina por alteraciones en el hígado”. Sin embargo, la ictericia produce pigmentación en las conjuntivas y en las mucosas, lo que permite establecer la diferencia.
Por otro lado, hay cuadros patológicos que pueden dar lugar a un aumento de los carotenos en la piel, originando esta pigmentación llamativa que, en este caso, no dependerá de la dieta. “Cuando no depende de la dieta, suele ocurrir por un defecto en la eliminación de los carotenos, un aumento en el transporte en sangre de los mismos y por condiciones más o menos mismas”.
"Este cuadro puede provocar problemas a la hora de diagnosticar otras enfermedades, sobre todo con la ictericia, un depósito de bilirrubina por alteraciones en el hígado"
Por ejemplo, cuando hay hiperlipemia, un aumento de los lípidos en sangre, pueden aumentar también los carotenos. “Esto ocurre porque en las proteínas que transportan los lípidos también se transportan estas otras sustancias”. Así, los pacientes con problemas tiroideos, renales o hepáticos, pueden tener este síntoma.
Finalmente, el doctor De Lucas Laguna señala que los pacientes con anorexia nerviosa, además de tener problemas de tiroides, renales o hepáticos, consumen muchos alimentos ricos en carotenos. “La pérdida de peso y una pigmentación característica nos deben hacer pensar en la posibilidad de un trastorno de la alimentación”, concluye el experto.