El aspecto de nuestra piel es el reflejo de nuestras emociones. Es habitual que cuando más contentos estamos, mayor luminosidad tenemos en nuestra piel y por el contrario cuando estamos pasando por una fase de ansiedad y estrés tenemos el rostro más apagado y estresado.
La piel estresada, porque sí existe ese término, no es más que un ejemplo de piel con arrugas y ojeras. Y es que sus causas pueden ser muchas, desde agresiones externas como la exposición solar hasta la propia alimentación o genética de nuestra piel.
Desde Imstant señalan cuales son las principales alarmas que nos podrían indicar que nuestra piel esta estresada:
-Deshidratación por pérdida de agua transepidérmica. Piel más seca y tirante que, además de producir incomodidad, presenta el riesgo de dar lugar a líneas finas-. A su vez, la piel puede estar más áspera.
-Pérdida de luminosidad y brillo. Una piel sometida al estrés suele presentar un aspecto amarillento o grisáceo.
-Aparición de ojeras y bolsas. La aparición de estos signos es multicausal, y el estrés los acentúa al afectar a la microcirculación y el descanso.
-Enrojecimiento debido a una mayor vasodilatación.
-Brotes de acné debido a desequilibrios hormonales.
¿SE PUEDE PREVENIR?
Estas señales de piel estresada se pueden prevenir llevando una rutina de cuidados adecuada. En este sentido, es importante proteger nuestra piel de los agentes tantos externos como internos.
Los factores externos son aquellos como la contaminación, el consumo de tabaco y alcohol y la exposición al sol y pantallas. “Para devolver la salud a una piel estresada, es necesario reforzar las defensas desde dentro, aportando antioxidantes y micronutrientes. En cuanto a la piel, la clave es devolver el equilibrio a la microbiota y aportar hidratación”, explica Rubén Hernández, CEO de iMstant.
¿Cómo solucionarlo? Desde iMstant te proponen utilizar su inteligencia artificial para detectar los problemas de tu piel: arrugas, manchas, poros dilatados, sensibilidad…