Cuidar de nosotros mismos es fundamental para llevar una vida plena. Hoy, 7 de abril, se celebra precisamente el Día Mundial de la Salud, que nos recuerda la importancia de este derecho básico y universal, clave para la vitalidad de la humanidad. Pero una buena salud no es solo ir al médico, sino que parte del cuidado diario durante nuestra rutina para prevenir al máximo el desarrollo de patologías que podrían ser evitables.
Desde nuestra alimentación a la calidad del sueño, todo influye en la evolución de nuestra vida. Y hay mucha parte de nuestra salud que podemos controlar con los hábitos saludables, como bien sabe Pablo Zumaquero, dietista, nutricionista y profesor que recientemente ha publicado su libro ‘El lunes ya empiezo la dieta’. El experto recuerda que la prevención es fundamental para protegernos a nosotros mismos y que todo comienza con los buenos hábitos.
“La prevención puede evitar que desarrollemos enfermedades, aunque tengamos un factor genético que favorezca desarrollarlas”
Precisamente la prevención puede evitar que desarrollemos enfermedades, “aunque tengamos un factor genético que favorezca desarrollarla” y es que hay una relación muy fuerte entre los malos hábitos y el padecimiento de enfermedades crónicas o no agudas. Para ello, llevar una rutina saludable es fundamental. El dietista-nutricionista lo compara con una mesa, en la que una pata sería la alimentación, otra pata la ausencia de adicciones como alcohol y el tabaquismo, por otro lado el ejercicio y la actividad física y, por último, el estrés y la calidad del sueño. Cuidar todos estos aspectos nos conducirá al bienestar del organismo, no solo físico, también mental.
LA ALIMENTACIÓN Y EL MOVIMIENTO, CLAVES DE UNA RUTINA SALUDABLE
La alimentación es la base de cualquier rutina de cuidados. Por eso, Pablo recomienda incorporar a nuestra dieta “principalmente alimentos que se consuman como materia prima, que estén crudos o que tengan un cocinado leve” para evitar las grasas saturadas o los azúcares añadidos perjudiciales para la salud. “Por ejemplo, unas galletas no se parecen en nada a un grano de trigo o a una remolacha de donde se saca el grano de azúcar”, explica el experto, quien aconseja que un 70-90% de nuestra dieta se base en el consumo de frutas, verduras, legumbres, carnes, pescados, mariscos, huevos y frutos secos.
Además de una dieta equilibrada, la actividad y el ejercicio físico son vitales para completar una rutina saludable. Mover el cuerpo para quemar energía, evitar la atrofia muscular y favorecer la salud del sistema cardiovascular beneficiará nuestra calidad de vida.
"Un 70-90% de nuestra deben ser alimentos que se consuman como materia prima, que estén crudos o que tengan un cocinado leve”
Desafortunadamente, algunas de estas prácticas empeoraron con la pandemia por el Covid-19. ”El confinamiento detonó algunos malos hábitos que se han quedado residuales”, explica Pablo, refiriéndose al aumento del consumo de alcohol, harinas, dulces, grasas… Mucha gente empeoró sus decisiones alimentarias durante esta época, según el experto, pero hace especial hincapié en el sedentarismo propiciado por la imposibilidad de salir del domicilio. Este estacionamiento se ha normalizado con la llegada del teletrabajo y la reducción de la actividad física, que hace que mucha gente no se mueva lo suficiente.
Ya tenemos todos los ingredientes para llevar una vida saludable, solo hace falta que los pongamos en práctica. Además, no es necesario ser estrictos todo el rato, pues podemos darnos algún descanso de vez en cuando, por ejemplo, coincidiendo con los periodos vacacionales. El experto recomienda “encontrar el equilibrio”, aunque los buenos hábitos deban ocupar la mayoría del tiempo. Podemos saltarnos las normas y no por eso vender nuestra salud, pues también tenemos que disfrutar de nuestra gastronomía. Y es que “una persona va a enfermar porque come muy mal y durante mucho tiempo”, recuerda Pablo Zumaquero.