Puede que hayas hecho diferentes dietas, acudido a un nutricionista o practicado distintos tipos de ejercicios y nada te haya dado el resultado que esperabas. Seguro entras en pánico y te preguntas por esas dificultades para bajar de peso, a qué se deben y cómo hacer para revertir la situación.
Sigue leyendo y descubre estos diez errores que podrías estar cometiendo sin darte cuenta...
1. Consumes la mayoría de calorías por la noche
Trata de comer cada cuatro o cinco horas para mantener tu nivel de energía estable y evitar la sensación de estar hambriento. Es muy importante que cuando llegue la hora de la cena, evites comer una comida masiva.
Según los últimos estudios, las personas que desayunan más cantidad, tienen un IMC más bajo que aquellos que comen la misma cantidad de calorías pero las consumen en la cena. Además, comer mucha cantidad de comida antes de acostarse, puede interrumpir el sueño. Lo ideal es esperar unos 90 minutos después de la cena para meterse en la cama.
2. Olvidas hidratarte
Si pasas mucho tiempo en el interior, es probable que no sudes demasiado y que no tomes casi líquidos. Por ello, intenta establecer un hábito de hidratación regular y asegúrate de beber líquido en cada comida.
3. Comes demasiado rápido
Reduce la velocidad a la que comes e incluye alimentos que debas masticar en cada comida,. Además, considera dividir el plato en dos y comer solo una porción. Si todavía tienes hambre, toma el resto.
4. Siempre tienes comida a tu alcance
Si comes sin pensar y constantemente durante todo el día, haz que la comida sea un poco menos accesible. Así que, en el trabajo, deja de guardar bocadillos en el cajón de tu escritorio y en su lugar guarda algunas frutas o hummus y vegetales en la nevera de los empleados.
5. Tus platos son demasiado grandes
El helado es igual de delicioso en un tazón pequeño, y las cenas saben muy bien en un plato de ensalada. Siempre puedes volver a repetir, pero puedes sentirte satisfecho con menos.
6. No cuentas las calorías líquidas
¿Consumes muchas bebidas de café sofisticadas? ¿Té endulzado? ¿Limonada? Cócteles de verano? Están deliciosos, pero también están cargados de calorías vacías que no te hacen sentir lleno durante un período prolongado de tiempo.
7. Eres un fanático de la sal
Si lo tuyo son los aperitivos salados, recuerda que las patatas fritas no son tu única opción. ¿Qué tal si las cambias por unos chips de vegetales secos hechos de remolacha, brócoli o zanahorias? Un poco de mantequilla de nueces o queso extendido en apio es una opción satisfactoria y baja en calorías.
8. No comes suficientes carbohidratos
Si uno de sus objetivos de acondicionamiento físico es desarrollar músculo, tienes que tener en cuenta que no consumir carbohidratos puede hacer que no consigas tus objetivos. Eso no significa que debas sentarte ante un plato de pasta, pero asegúrate de que una cuarta parte de su plato tenga arroz, pasta, patatas, pan, tortilla o cereales
9. Practicas ejercicio con el estómago vacío
Hacer ejercicio sin haber comido nada puede alentar al cuerpo a usar su propio músculo para alimentar el entrenamiento, por lo que no notarás los resultados que buscas.
10. Evitas comer después de un entrenamiento
Si tienes un entrenamiento duro y ves que has quemado una cantidad significativa de calorías, puedes intentar minimizar tu ingesta de calorías después del entrenamiento para que termines en un déficit de calorías y pierdas grasa corporal.