El estrés es conocido por muchos como la enfermedad del siglo XXI. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada diez personas padece hoy este problema, siendo este, el segundo factor más importante que influye en la caída de cabello, después del genético. Esta situación puede afectar a cualquier tipo de persona, sin importar el sexo o la edad, pero son las mujeres quienes más estrés sufren de acuerdo con una investigación de la Universidad de Cambridge.
El modo en que afecta el estrés a las mujeres difiere del sexo masculino principalmente por un aspecto muy concreto: el cortisol, ya que las mujeres son más sensibles a este glucocorticoide que se segrega como respuesta al estrés.
Además, otro factor que incide, más allá del cortisol y otros aspectos fisiológicos es que ''actualmente las mujeres deben lidiar con mucha responsabilidad y presión tanto en la vida laboral como en la personal'', apunta Ángela Zarama, doctora en Biomedicina y experta de Hårkontroll. En este sentido, Zarama explica que ''en el ámbito laboral la mujer tiene que luchar contra el estereotipo y la desigualdad de género, así como la brecha salarial, que hacen que la mujer, sobre todo en altos cargos, sienta una presión mayor por tener que demostrar su validez''.
A todo esto, se le suma, según la experta de Hårkontroll, que ''las mujeres experimentan una sintomatología mayor a los hombres, la cual abarca desde síntomas físicos a síntomas cognitivos y emocionales. Algunas de las reacciones, por ejemplo, pueden afectar a la piel, las uñas o el cabello''.
Esta situación puede afectar a cualquier tipo de persona, sin importar el sexo o la edad, pero son las mujeres quienes más estrés sufren
Por lo general, la caída del cabello no es una respuesta inmediata a la situación de estrés. Es más, el problema suele producirse a lo largo de los tres primeros meses tras el suceso estresante. Que el cabello se vea afectado por el estrés es por cuestión de supervivencia del organismo, que evita gastar recursos en partes prescindibles del cuerpo. Esta suele producirse en pequeñas zonas del cuero cabelludo, aunque se puede agravar hasta una pérdida importante de cabello.
A pesar de esto, la caída no tiene por qué ser irreversible. Tal y como señala Ángela Zarama, ''la calvicie total se da cuando hay componentes genéticos con tendencia a la caída, como es el caso de la alopecia androgénica. Esto, aunque a priori hay gente que no le da suficiente importancia, puede llevar a desestabilizarnos física y emocionalmente ya que nuestro pelo presenta una conexión estrecha con nuestra identidad, así pues, ponerle freno a tiempo es la mejor solución para este problema''.
Así, en caso de vivir una situación límite de estrés y notar que está cayendo más pelo de lo normal (una persona sin problemas capilares pierde entre 50 y 100 pelos al día, aunque esta caída es imperceptible si tenemos en cuenta que el total de cabellos en la cabeza es en torno a los 150.000 de media), Zarama recomienda realizar ciertos cambios en el estilo de vida que pueden servir de ayuda.
''Conviene dormir lo suficiente, dedicar tiempo al ocio y a las aficiones, y tener una dieta equilibrada que aporte los nutrientes necesarios para estar sano'', declara la experta de Hårkontroll. Aunque, añade, ''muchas veces con la dieta no es suficiente ya que no se pueden ingerir todos los micronutrientes que el cabello necesita, por tanto, combinar una buena dieta con complementos alimenticios naturales es esencial para el crecimiento óptimo del cabello''.
En cualquier caso, un diagnóstico y tratamiento por un especialista son fundamentales para despejar todas las dudas sobre la caída del pelo.
Asimismo, también se recomienda utilizar productos para el cuidado del cabello en periodos estresantes. La queratina, combinada con biotina y zinc adicionales, permite que el pelo mantenga sus características naturales. Ya sea para prevenir su caída o para mantener sus condiciones normales, el uso de mascarillas y sprays puede ser de gran ayuda para fortalecer el cabello, evitar su caída y, si ya ha comenzado a caerse, favorecer su crecimiento y regenerarlo.