Una vez más tenemos que hablar de los riesgos de las cirugías estéticas extremas que se realizan de manera desproporcionada para perseguir un físico casi inalcanzable. Y es que Christina Ashten Gourkani, la doble de Kim Kardashian, ha perdido la vida durante una intervención para ampliarse de nuevo los glúteos a causa de un paro cardíaco.
A sus 34 años, la joven estadounidense que trabajaba como modelo e influencer, decidía someterse a una operación estética para ampliar la voluminosidad de sus glúteos, después de haber pasado varias veces por el quirófano para aumentar el tamaño de sus pechos y glúteos. Christina destacaba por un sorprendente parecido con Kim Kardashian, aunque perseguía unas curvas todavía más pronunciadas que las de la empresaria para crear su propio físico.
Pero esta vez su cuerpo no logró resistir un paro cardíaco que le ocasionaba la muerte en quirófano. Ahora, la familia de Gourkani habla de un error médico durante el procedimiento y ha iniciado un GoFundMe para recaudar dinero e iniciar una investigación que esclarezca si se ha tratado de un homicidio. Sin embargo, como en cualquier otra cirugía, la joven habría aceptado un consentimiento antes de someterse a ella en la que se informara de todos los riesgos y posibilidades existentes de la intervención.
GARANTIZAR LA SEGURIDAD DE LAS INTERVENCIONES
A diferencia de la cirugía plástica, que busca solucionar problemas en forma y función que impiden el bienestar del paciente, la cirugía estética se realiza para corregir la apariencia física de zonas que pueden generar inseguridades en la persona. Pero no cualquier intervención es posible a capricho del paciente.
El doctor Jorge Aso, cirujano plástico, estético y reparador, declara para Estetic.es que la cirugía “tiene sentido si su objetivo es buscar la normalidad anatómica”, aunque este concepto pueda variar en función de los criterios individuales, sociales o culturales. En cualquier caso, nunca se debe perseguir una supuesta perfección o el aspecto de alguien al que se admira, “sino pulir los defectos que nos puedan molestar para tener un aspecto natural y saludable”, señala el experto.
Por este motivo, los profesionales de la Medicina Estética realizan evaluaciones para analizar las condiciones físicas de cada paciente, estudiando los riesgos más allá de las opiniones de los cirujanos porque lo más importante es velar por la salud y la seguridad de las personas. Y ante todo, el cuerpo debe seguir una armonía que devuelva el bienestar.
Además, cuando los procedimientos quirúrgicos son largos y se prolonga el tiempo de anestesia, aumenta el riesgo de sufrir complicaciones durante el proceso, como ha ocurrido con Gourkani. Aunque también existen complicaciones perioperatorias, es decir, postoperatorias que pueden perjudicar a la recuperación del paciente, el resultado de la operación, poner en riesgo determinada funcionalidad o la vida. De ahí la importancia de las evaluaciones previas.
"Los cirujanos debemos velar por la seguridad del paciente, sin recaer en una actitud paternalista"
Cuando existen estos exámenes, se dan las condiciones apropiadas y estamos ante una petición de intervención dentro de un estándar de normalidad, hay luz verde para realizar una operación. Y es que las complicaciones son raras, pero cuando suceden, pueden llegar a ser catastróficas. En algunos casos, como el de la joven influencer, pueden llegar a ser letales.
También es importante el estado mental del paciente, ya que perseguir una intervención a cualquier coste puede llevarle a no tomar en serio la palabra de los doctores y a buscar soluciones en centros no certificados o en países donde los procedimientos son menos seguros. De momento, no ha trascendido la ubicación de la clínica en la que la modelo decidió someterse a la operación, pero algunas voces en redes sociales ponen en entredicho el nivel ético de los profesionales que se prestan a este tipo de intervenciones, como en el caso de Gourkani, donde sus glúteos ya eran exagerados de por sí.