Todos los expertos coinciden en que la limpieza facial es el paso imprescindible para un buen cuidado de la piel, por eso, con el paso de los años han surgido multitud de mitos, teorías o remedios que en muchas ocasiones no ayudan.
Consciente de esto, Carme Chorto, Asesora científica de Eucerin, nos ayuda a conocer todos aquellos errores y aciertos en relación a la limpieza facial.
1. Da igual con qué te laves la cara, te sirve hasta el jabón de las manos, lo importante es hacer la limpieza: falso. La cara es una de las zonas más sensibles del cuerpo porque es una parte expuesta a agentes externos durante todo el año, por lo que necesita unos cuidados especiales, así como una higiene específica, efectiva pero que no altere el equilibrio de la piel.
2. Para las pieles grasas cuanto más alcohol lleve el limpiador mejor porque así se te seca más la piel: falso. El alcohol solo ayudará a resecar más la piel que responderá segregando más grasa para equilibrarla. Además, los lavados agresivos modifican la barrera cutánea y la microbiota promoviendo la inflamación, por lo que se deben elegir limpiadores efectivos pero que no resequen la piel en exceso.
3. En el neceser de viaje, mejor las cremas de la piel, el limpiador ya usaré el del hotel: falso. En función de las necesidades de cada uno, se necesitan unos cuidados específicos adecuados a su tipo de piel, con la higiene ocurre lo mismo.
Todos los expertos coinciden en que la limpieza facial es el paso imprescindible para un buen cuidado de la piel
4. Para eliminar mejor las impurezas hay que hacer movimientos específicos: verdadero. Diariamente, tanto por la mañana como por la noche, necesitamos un buen limpiador facial que lo vamos a aplicar mediante movimientos circulares, extendiéndolo sobre el rostro. Al acabar, lavaremos con agua templada abundante. Una vez lavada, podemos realizar una última pasada con agua fría para ayudar a cerrar los poros. Es importante no frotar la cara, ya que en casos de acné puede ser contraproducente.
5. Es mejor utilizar cepillos de limpieza para mejorar el estado de la piel: falso. La limpieza de la piel, junto con la protección solar, son los cuidados de belleza más importantes. Las partículas del aire, la suciedad y restos de maquillaje sobre la piel pueden producir la aparición de puntos negros y pérdida de luminosidad. La limpieza tradicional puede ser adecuada y válida en muchas situaciones, igual que el uso de cepillos; no obstante, existen tipos de piel en el que estos tipos de cepillos pueden estar contraindicados. No se deben usar en acné moderado o severo, ya que puede empeorar la inflamación. Tampoco en pieles sensibles con tendencia a dermatitis atópica o psoriasis ni en personas que presentan rosácea.
6. Cada tipo de piel necesita un producto específico: verdadero. Los productos destinados a la limpieza del rostro deben ser afines con la fisiología de la piel a tratar, deben tener el mismo pH que la piel, es decir, 5.5, no producir efectos irritantes ni sensibilizantes y poseer una capacidad de higiene que respete al máximo los lípidos cutáneos. Si nuestra epidermis es muy grasa, el pH puede ser menor y se aconseja emplear un limpiador específico en caso de sufrir acné o tener la piel sensible.
7. Si no me maquillo, no hace falta limpiar la piel: falso. La piel de la cara casi siempre, sino siempre está expuesta al exterior, independientemente de la estación del año, con lo que, a lo largo del día, sobre la piel del rostro se va acumulando suciedad que tapa los poros y puede ser un medio que facilite el desarrollo de una gran cantidad de microorganismos que obstaculizan el normal funcionamiento de la fisiología cutánea. Los expertos insisten en que lavarse la cara por la noche es el mejor tratamiento de belleza, ya que de esta forma garantizamos que nuestra piel esté libre de agentes externos que agreden nuestro cutis a diario, incluso si no se usa maquillaje, debemos lavarnos la cara todas las noches.
Los lavados agresivos modifican la barrera cutánea y la microbiota promoviendo la inflamación
8. El uso de toallitas desmaquillantes mejor que no usar nada: verdadero. Las toallitas desmaquillantes se han incorporado rápidamente a nuestra rutina de higiene diaria, ya que son fáciles y cómodas de usar y poseen una eficacia probada. Gracias a los suaves tensioactivos que contienen, a los principios activos hidratantes y a los excipientes grasos incluidos en su formulación, permiten la eliminación del exceso de grasa, impurezas y restos de maquillaje, sin alterar la película hidro-lipídica cutánea. No obstante, pueden contener alcohol y contribuir a resecar la piel. Debemos mirar bien la composición, antes de elegir el producto. Sin embargo, las toallitas desmaquillantes nunca realizarán una higiene tan completa y equilibrada como los limpiadores convencionales.
9. Es bueno frotar mucho con la toalla para eliminar bien los restos: falso. Es importante no frotar la cara, especialmente en casos de acné ya que puede irritar más la piel. Además, hay que tener especial cuidado con los ojos, pues la piel de los párpados es la más fina y sensible del cuerpo. En cuanto al secado, los expertos aconsejan que debe realizarse de forma delicada, acariciando el rostro, sin frotar y siempre con una toalla limpia, libre de bacterias.
10. El agua micelar es un cosmético complementario a un buen limpiador: verdadero. Las lociones micelares son unos productos 3 en 1: limpian, desmaquillan, y tonifican la piel de cara, ojos, cuello y escote. Pueden usarse tanto por la mañana como por la noche y no necesitan aclarado. El secreto de estas soluciones limpiadoras se debe a las micelas que contienen, que son unas estructuras moleculares que disuelven en agua sustancias que por ser de naturaleza grasa no podrían ser transportadas y eliminadas en soluciones acuosas. De esta manera, las micelas emulsionan y disuelven cualquier resto de grasa, maquillaje o impurezas de nuestra piel. Estas lociones se pueden usar para realizar la higiene diaria, por su capacidad de limpiar de forma suave y delicada. No obstante, si necesitamos una higiene más profunda e intensa, son el complemento ideal para acabar la limpieza con un toque de frescor.