Los mitos más escuchados sobre el sexo (y que no debes creerte)

Hay una falta de educación sexual integral que abarque todos los aspectos de la sexualidad, no solo los riesgos o la anticoncepción.

Pareja (Foto. Freepik)
Pareja (Foto. Freepik)
7 octubre 2021 | 10:00 h
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Seguramente tú también has escuchado más de un vez algún mito relacionado con el sexo. Pero, ¿por qué surgen estas falsas creencias?

Según Irene Aterido, sexóloga y experta en ciclo menstrual de Intimina, ''en primer lugar, por la cultura tradicional de separar a las mujeres de los hombres con una serie de prohibiciones religiosas y amenazas de ser castigados en el más allá. Recordemos que los colegios, las actividades laborales e incluso los espacios de ocio estaban segregados por sexo (bares solo para hombres)''.

Unido a esto está la deficiente educación sexual de nuestros abuelos y padres, a quienes se les inculcaba la idea de que el sexo es para la reproducción y otros muchos mitos y tabúes sobre tipos de relaciones sexuales. Sin embargo, ahora sabemos que la sexualidad es un elemento fundamental de los seres humanos, que buscamos placer y comunicación. ''La falta de información y de conocimiento reales de todos los aspectos biológicos, psicológicos y sociales del sexo ha creado también en la era de Internet infinidad de mitos, de nuevo entre los más jóvenes'', añade la experta.

Hay una falta de educación sexual integral que abarque todos los aspectos de la sexualidad, no solo los riesgos o la anticoncepción

En este sentido, ¿influye la edad en la creencia de estos mitos? ''Las personas más jóvenes se van educando con las más mayores y entre ellas. Hay una falta de educación sexual integral que abarque todos los aspectos de la sexualidad, no solo los riesgos o la anticoncepción. Evidentemente al no tener relaciones sexuales hay aspectos que no han vivido pero, también los adultos tras tenerlas, siguen sosteniendo creencias falsas como las que hemos expuesto en el punto sobre mitos''.

Por todo ello, la educación sexual y menstrual es un elemento clave para prevenir la propagación de falsos mitos y la desinformación, sobre todo entre los jóvenes. ''Desde Intimina han puesto en marcha su primer proyecto educativo para atajar el problema desde las aulas. Esta educación debe comenzar desde los primeros años de escolarización, para que desde el principio las niñas y niños conozcan de una forma natural su cuerpo y los cambios que les acompañarán durante la pubertad'', detalla Irene Aterido.

LOS MITOS MÁS FRECUENTES SOBRE EL SEXO

1. Si tienes la regla, no te puedes quedar embarazada. Las mujeres con ciclos cortos y las que no conocen cuándo ovulan podrían quedarse embarazadas durante la menstruación.

2. Durante la menstruación no es bueno tener relaciones para la mujer o el hombre. Este mito proviene de muchas culturas religiosas; si ambos quieren, tener penetración puede ser incluso relajante y beneficioso para la mujer y obviamente no entraña ningún riesgo para él.

3. La sangre menstrual contiene los óvulos, es como el semen de ellos. El flujo menstrual está compuesto de diferentes células madre y tejido del útero pero el óvulo no fecundado ya se ha desintegrado antes dentro del cuerpo de la mujer.

4. Los genitales huelen mal y hay que tener una atención especial con ellos, como rasurarlos. Las personas somos mamíferos y tenemos nuestro vello y olor personal con una higiene adecuada. La vagina, en concreto, tiene su propio sistema de limpieza para mantenerse sana, por lo que realmente está desaconsejado lavarla con ningún producto. La vulva (los labios de afuera) se puede lavar con agua y un jabón de pH neutro. El vello tiene una función protectora y de almohadilla de la vulva; por tanto, la decisión de depilarse es personal y optativa.

5. Cuanto más, mejor (más grande, más veces, más pronto, con más personas…). Hay infinidad de discursos y charlas coloquiales sobre el tamaño, el aspecto, la belleza y la calidad de las relaciones sexuales. En realidad, ni la talla, ni el peso o la apariencia determinan cómo de buenas y satisfactorias son tus relaciones sexuales. De hecho, podríamos tenerlas sin orgasmo y sentirnos muy conectadas con nuestra pareja. La clave es la intimidad y la conexión conseguidas, no el tamaño de ninguna parte de nuestro cuerpo.

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