Con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el 19 de octubre, desde el hospital madrileño La Zarzuela han querido sumarse al rosa y despejarnos las dudas sobre los beneficios de esta técnica de reconstrucción mamaria que realizan desde hace un año en la Unidad de Micropigmentación.
Y es que, según las estimaciones de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre), de la media de 25.000 mujeres diagnosticadas anualmente de cáncer de mama en España, aproximadamente el al 64% acaba siendo sometida a una mastectomía o extirpación de la glándula mamaria o de parte de ella.
De este porcentaje, sólo a unas 4.500 pacientes (el 28%) se les reconstruye la mama. Y de éstas, únicamente a entre el 30% y el 40% se les practica la micropigmentación de areola y pezón.
El doctor Ángel Juárez, jefe del departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital La Zarzuela, ha destacado “la importancia de este procedimiento” el cual “beneficia psicológicamente a las pacientes e implica la finalización del proceso de reconstrucción mamaria a la que se le haya sometido”.
En este sentido, el doctor nos despeja las dudas que a día de hoy muchas mujeres tienen acerca de esta técnica…
Según ha explicado Ángel Juárez, la micropigmentación “se basa en dibujar y delinear la mama a nivel epidérmico con pigmentos que no migran y cuya coloración marrón y rojiza se asemeja a la de la areola y el pezón”.
Muchas pacientes se preguntan si se trata de un tipo de tatuaje, pero no…
“La técnica es muy similar pero se diferencia principalmente en el tipo de pigmento, la localización y la duración”, señala Juárez.
"La micropigmentación se basa en dibujar y delinear la mama a nivel epidérmico con pigmentos que no migran y cuya coloración marrón y rojiza se asemeja a la de la areola y el pezón”
Además, “en el caso de los tatuajes la tinta se deposita en la dermis, mientras que con la micropigmentación se trabaja en la capa cutánea más superficial, la epidermis. Los pigmentos no son permanentes, tienen una duración aproximada de tres años”, matiza.
En cuanto al tipo de tinta que se emplea, el doctor apunta que “utilizan pigmentos inorgánicos e hipoalergénicos para evitar intolerancias”. No obstante, “antes de realizar la técnica siempre realizamos una prueba de alergia a la paciente para una completa seguridad”, aclara.
En esta parte, el doctor recomienda que las pacientes se sometan a la micropigmentación cuando hayan pasado al menos seis meses desde la última intervención quirúrgica de reconstrucción mamaria para que el tejido esté perfectamente cicatrizado.
Por último, Juárez asegura que el procedimiento “no es doloroso”. “Se realiza bajo anestesia local tópica para que no sea doloroso y la duración varía según el diseño, oscilando entre la hora y la hora y media”, explica.