Cuando hablamos de envejecimiento facial, normalmente pensamos en las arrugas, la flacidez del rostro o la pérdida de firmeza en el cuello. Sin embargo, hay un área que muchas veces pasa desapercibida y que también refleja los signos del paso del tiempo: el lóbulo de la oreja.
La medicina estética ha avanzado enormemente en los últimos años, abarcando cada detalle del rostro para lograr una apariencia armónica y rejuvenecida. No obstante, el lóbulo de la oreja sigue siendo una zona olvidada en muchos tratamientos, a pesar de su importancia en la estética general.
La Dra. Mª Ángeles López Marín, directora del Centro Médico Rusiñol y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Medicina Estética de Madrid, destaca que el lóbulo de la oreja sufre un proceso de adelgazamiento similar al de otras partes del cuerpo, como las manos. Este adelgazamiento es consecuencia de la reabsorción de colágeno y elastina, lo que provoca una pérdida de volumen y soporte en esta área.
"El lóbulo de la oreja es un marcador claro de la edad y, sin embargo, es una de las zonas que más se olvida en los tratamientos estéticos"
“El lóbulo de la oreja es un marcador claro de la edad y, sin embargo, es una de las zonas que más se olvida en los tratamientos estéticos. Cuando realizamos una armonización facial, es imprescindible tratar también el lóbulo para obtener un resultado verdaderamente juvenil”, explica López Marín.
El uso de pendientes de clip, especialmente aquellos que son pesados, puede acelerar este proceso, provocando no solo una mayor pérdida de colágeno, sino también la deformación del lóbulo. A lo largo de los años, el peso de los pendientes puede estirar y deformar los agujeros del lóbulo, lo que añade otro signo visible de envejecimiento.
Afortunadamente, existen tratamientos efectivos para contrarrestar el adelgazamiento y la deformación del lóbulo de la oreja. La Dra. López Marín explica que uno de los procedimientos más efectivos es el relleno con ácido hialurónico, un tratamiento similar al que se realiza en los labios. Este tipo de ácido hialurónico es más suave y está especialmente diseñado para mantener la forma y consistencia del lóbulo, sin alterar su aspecto natural. Entre los beneficios de este tratamiento destacan:
- Recuperación del volumen perdido. El ácido hialurónico rellena el lóbulo, devolviéndole su grosor y suavidad original.
- Corrección de agujeros deformados. Los pendientes pesados a lo largo de los años pueden estirar los agujeros. Este tratamiento puede restaurar la forma original del lóbulo.
- Duración prolongada. A diferencia de otras zonas del rostro, el lóbulo no está sometido a mucho movimiento, lo que permite que el relleno con ácido hialurónico dure entre un año y un año y medio.
- Resultado natural. Al ser un tratamiento no invasivo y con un producto de textura suave, el lóbulo recupera su apariencia joven de manera natural y armónica.
“No debemos olvidar ninguna zona en el proceso de rejuvenecimiento, porque todas contribuyen a la apariencia general”
El envejecimiento del lóbulo de la oreja es un ejemplo claro de cómo cada detalle cuenta en la armonización facial. Un tratamiento integral que incluya tanto el rostro como las orejas, el cuello y las manos es fundamental para lograr una apariencia juvenil y equilibrada. “No debemos olvidar ninguna zona en el proceso de rejuvenecimiento, porque todas contribuyen a la apariencia general”, enfatiza la Dra. López Marín.
Aunque el rostro recibe la mayor parte de la atención en los tratamientos estéticos, no debemos olvidar el lóbulo de la oreja. Rejuvenecer este área puede marcar la diferencia entre una apariencia armoniosa y un resultado incompleto. Con los avances en Medicina Estética, lograr una imagen juvenil y equilibrada es cada vez más accesible y eficaz.