Existen cientos de enfermedades infradiagnosticadas. Gran parte de ellas no tienen cura y afectan seriamente a la calidad de vida de las personas, con el añadido de que muchas de estas patologías afectan exclusivamente a mujeres, ya que históricamente han sido excluidas como sujetos de investigación, arrastrando estas consecuencias hasta la actualidad.
Afortunadamente, algunas de ellas van ganando cierta visibilidad con el paso del tiempo, gracias a la concienciación y a la ciencia. Este es el caso del lipedema, una enfermedad que si bien fue documentada por los doctores Allen e Hines en 1940, no fue reconocida como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta el año 2018.
Así nos lo cuenta Cristina Brasó, cirujana en Hospital Universitari General de Catalunya, que informa de que ha sido tradicionalmente confundida con otros problemas como el linfedema, el sobrepeso, la obesidad o problemas circulatorios por compartir algunas de sus características. El lipedema es una enfermedad del tejido graso caracterizada por un acumulo de grasa patológica predominantemente en miembros inferiores (piernas, muslos, cadera) y brazos.
"Las causas que provocan el lipedema son poco conocidas y se debe seguir investigando para entender el porqué"
Estos cúmulos de grasa están originados por la proliferación e inflamación de las células grasas en caderas y muslos, provocando una desproporción en ellas respecto al resto del cuerpo. Según la cirujana, no hay una cifra exacta de afectadas por lipedema: si bien la OMS sitúa la cifra en un 20% de la población mundial, otros expertos apuntan a que entre el 4 y el 11% de las mujeres padecen este problema.
Y detrás de su aparición podría haber componentes genéticos y hormonales, aunque todavía hace falta mucha investigación para conocer exactamente las causas que provocan el lipedema. “Se sugiere que los cambios microvasculares y linfáticos, la susceptibilidad genética y factores hormonales podrían ser algunos de los responsables del desarrollo de esta enfermedad”, explica la experta, quien también señala que existen líneas de investigación abiertas que relacionan la permeabilidad intestinal con el lipedema. Aun así, las teorías existentes no tienen suficiente evidencia científica.
GRADOS Y SÍNTOMATOLOGÍA
El lipedema afecta negativamente a la calidad de vida de las personas que la padecen y aunque hay muchos grados, en muchos casos puede ser “discapacitante, causar dolor, sensación de pesadez en las piernas y falta de movilidad en grados avanzados de la enfermedad”. Adicionalmente, puede generar un alto impacto en el estado emocional de las personas, llegando incluso a provocar angustia psicosocial, explica Brasó.
Para el lipedema se han descrito tres fases de desarrollo:
- Grado I: la superficie de la piel es regular y blanda, aunque se pueden apreciar nódulos de grasa.
- Grado II: La superficie de la piel es irregular y dura.
- Grado III: La superficie de la piel es adiposa, sobre todo en caderas y tobillos, donde abundan nódulos de grasa de distinto tamaño.
Esta enfermedad aparece con mayor frecuencia entre la pubertad, el embarazo y la menopausia, es decir, casualmente en momentos de cambios hormonales. Y para poder detectarla, hay que atender a su sintomatología. Su aparición generalmente se da con un aumento “progresivo y muy localizado” del tejido adiposo subcutáneo, acompañado de una sensación de pesadez en las piernas, sensibilidad al tacto y facilidad para la formación de hematomas.
Además, hay ciertas señales, como la falta de respuesta a las dietas o al ejercicio físico y el aumento del dolor en las estaciones más cálidas, que pueden indicarnos la proliferación del lipedema. En cualquier caso, la cirujana nos recomienda asistir a un especialista para resolver cualquier sospecha.
LIPOSUCCIÓN WAL, EL TRATAMIENTO “MÁS EFECTIVO”
Para su tratamiento, la doctora informa de que hay métodos que pueden aliviar las molestias. Estos serían los tratamientos acuáticos, el uso de medias de compresión, terapia linfática descompresiva, o el drenaje linfático manual, entre otras. Respecto a procedimientos quirúrgicos, se emplea la liposucción mediante técnicas especializadas, como la liposucción WAL (Water-Jet Assisted Liposuction).
“Los resultados son excelentes; se extraen hasta seis litros de grasa por sesión”
Este tratamiento es “el más efectivo” contra el lipedema según la experta, si bien hay que evitar otros como la liposucción con láser o con ultrasonidos, ya que producen calor y generan un mayor riesgo de lesión linfática. La técnica WAL consiste en una liposucción asistida por pulverización de agua a presión suave, mediante la que se eliminan las células adiposas que originan el lipedema. Se trata de una intervención compleja que debe ser ejecutada por profesionales especializados pero, a diferencia de la liposucción convencional, la técnica WAL es menos invasiva con los tejidos.
Brasó señala que la liposucción WAL respeta los vasos linfáticos para reducir el volumen de grasa, logrando retrasar la progresión y reducir el dolor, mejorando así la calidad de vida de los pacientes. “Los resultados son excelentes; se extraen hasta seis litros de grasa por sesión”, concluye la doctora, y es que para acelerar el proceso de recuperación tras la intervención, el General de Catalunya se acompaña de una terapia complementaria, el criocontraste térmico.
Por el momento, no hay forma de prevenir el lipedema. “Al desconocerse las causas, no existe un protocolo para su prevención y ningún factor impedirá el desarrollo de la enfermedad”, explica la cirujana”, quien sí recomienda llevar un hábito de vida saludable basado en una dieta equilibrada y actividad física regular para garantizar un mayor bienestar.