“El lipedema suele empeorar durante el embarazo por el aumento de la carga estrogénica"

El Dr. Jesús Olivas-Menayo, cirujano plástico, explica en Estetic cuál es la evolución de la enfermedad en mujeres con lipedema que se quedan embarazadas

El Dr. Jesús Olivas Menayo, cirujano plástico en Clínica FEMM (Foto. Fotomontaje Estetic)
El Dr. Jesús Olivas Menayo, cirujano plástico en Clínica FEMM (Foto. Fotomontaje Estetic)
Verónica Serrano
1 julio 2024 | 10:00 h
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No se sabe cuál es la cifra exacta de afectadas, pero se estima que entre un 10% y un 20% de las mujeres sufre lipedema. Esta enfermedad crónica, progresiva y multifactorial es una gran desconocida, incluso entre los profesionales sanitarios, quienes tienden a confundirla con obesidad, sobrepeso o linfedema. Para hacernos una idea de la magnitud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al lipedema como enfermedad hace apenas 6 años, en 2018. Todavía se desconocen sus causas, por lo que se trata de una enfermedad que aún no tiene cura, aunque sí que es posible recurrir a distintos tratamientos para controlarla.

Esta falta de investigación también influye a las mujeres pacientes de lipedema que desean ser madres. La información que se tiene al respecto es escasa, pero es conveniente visibilizar lo poco que se conoce, ya que nos encontramos ante una enfermedad hormonodependiente que ha de convivir con los desajustes hormonales característicos del embarazo. Y, para ello, desde Estetic nos hemos puesto en contacto con el Dr. Jesús Olivas-Menayo, cirujano plástico en Clínica FEMM.

El experto nos cuenta que, si bien hay pacientes que “han empeorado muy poco o están iguales”, lo cierto es que “el lipedema suele empeorar siempre durante el embarazo debido al aumento de la carga estrogénica para el desarrollo fetal”. No obstante, la etapa más importante en la que se puede evaluar el impacto de la enfermedad es en el puerperio, la fase de recuperación del cuerpo de la mujer tras el embarazo, el parto y la lactancia (6 meses – 1 año después de dar a luz). En este período se observa “si realmente ha tenido repercusión en sus piernas o si, por el contrario, ha sido puramente vascular”.  

"El deseo de ser madre suele ser superior al miedo a que les evolucione la enfermedad"

En el puerperio, cuando ya no existen estímulos hormonales y se puede apreciar el impacto de los cambios, “la mayor parte de las pacientes observan un gran empeoramiento”. Es cierto que “hay mujeres que vuelven a su estado habitual”, pero otras sufren una evolución de la enfermedad. A pesar de ello, el cirujano indica que no ha visto “a nadie que renuncie a la maternidad para evitar empeorar el lipedema” porque “el deseo de ser madre suele ser superior al miedo a que les evolucione”.

ABORDAJE DURANTE EL EMBARAZO

Por todos es sabido que muchas mujeres experimentan un aumento de peso durante el embarazo, no solo provocado por el peso del feto, la placenta y el líquido amniótico, sino también por su composición corporal. Esta es precisamente una gran preocupación de las pacientes de lipedema, por lo que le hemos preguntado al Dr. Olivas-Menayo cuál es el abordaje que deben recibir:

“El seguimiento tiene que ser principalmente nutricional, con una alimentación muy reglada para evitar grandes aumentos de peso”. En ese seguimiento, guiado por el trabajo de un nutricionista, deben evitar alimentos muy inflamatorios y aquellos que no afecten al crecimiento fetal. El plan alimenticio “debe ser individualizado y muy dirigido a cada paciente en particular”, que tenga en cuenta sus posibles intolerancias, estilo de vida, actividad física, frecuencia de comida y tipos, entre otros factores.

"El control que van a necesitar a veces es un poco más exhaustivo, con planes alimenticios algo más drásticos al principio como terapia de choque"

El seguimiento nutricional debe estar combinado por los expertos en Medicina del Estilo de Vida, “profesionales que ayudan a estas pacientes a mantener unos hábitos sanos adaptados a su rutina”, indica el doctor. Asimismo, pueden recurrir a la terapia psicológica, “muy recomendada, sobre todo durante el embarazo, porque muchas pacientes no pueden hacer nada para detener el avance del lipedema”. Esto puede generarles frustración y emociones negativas, acompañadas de una elevada carga emocional.

Además, no pueden olvidarse de la presoterapia y los drenajes linfáticos, “importantísimos para mantener las piernas o las zonas afectadas en el mejor estado posible”. Tras el embarazo, es probable que necesiten aumentar la frecuencia de estos tratamientos para controlar mejor el lipedema.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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