Son muchas las investigaciones que ya han relacionado el uso de cabinas de rayos UVA con un mayor riesgo de carcinoma cutáneo de células escamosas (SCC), un tipo de cáncer de piel. Sin embargo, hasta ahora, los científicos no tenían constancia de cómo la frecuencia y la duración podrían incrementar el riesgo.
Para comprobarlo, llevaron a cabo un estudio entre 1991 y 2015 tomando datos de 159.419 mujeres, todas ellas nacidas entre 1927-1963.
Junto con los registros médicos de las participantes, los investigadores tuvieron acceso a una gran cantidad de información, incluido el estado de fumar, el color del cabello, si desarrollaron pecas cuando tomaron el sol, el color natural de la piel y la cantidad anual de quemaduras solares.
Son muchas las investigaciones que ya han relacionado el uso de rayos UVA con un mayor riesgo de carcinoma cutáneo de células escamosas
En el primer cuestionario, los investigadores establecieron el uso actual de rayos UVA de las participantes y preguntaron con qué frecuencia se habían sometido a dichos rayos durante la infancia y la adolescencia. Complementaron esta información con dos cuestionarios de seguimiento.
Las participantes seleccionaron una de las siguientes frecuencias de rayos UVA: nunca; raramente; una, dos o tres o cuatro veces por mes; o más de una vez por semana.
A partir de esta información, los investigadores crearon una imagen detallada del comportamiento rayos UVA de cada participante durante décadas. Por ejemplo, calcularon el número total de sesiones, cuántos años tuvieron lugar y la edad de la persona en la primera sesión.
Durante el estudio, 597 mujeres desarrollaron SCC. Los científicos descubrieron que el riesgo de SCC aumentó con el número acumulado de sesiones de bronceado. Este efecto siguió siendo significativo incluso después de ajustar otros factores, como el número de quemaduras solares y las vacaciones para tomar el sol.
Cuando compararon a aquellas que habían usado los rayos UVA la mayoría de las veces con aquellas que nunca habían usado dichos rayos, el riesgo relativo de desarrollar SCC aumentó en un 83%.