De la genética al exceso de cortisol: las causas de la 'joroba de búfalo' con Mercedes Franco

Esa protuberancia en la zona del cuello posterior tiene nombre, se llama joroba de búfalo, y puede estar causada por el exceso de cortisol, obesidad y una mala postura, entre otros factores.

Mercedes Franco (Foto. Cedida a Estetic)
Mercedes Franco (Foto. Cedida a Estetic)
Laura Ortega
20 mayo 2024 | 10:00 h
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La joroba de búfalo es un término que se ha popularizado notablemente los últimos meses. Es una protuberancia que aparece en la zona posterior del cuello, debajo de la nuca. Tiene similitud con lo que tradicionalmente asociamsos como joroba o "chepa", pero en un área más alta.

Hablamos con Mercedes Franco, fisioterapeuta y presidenta de la Comisión de Fisioterapia Dermatofuncional del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (@cfisiomad), sobre la conocida joroba “de búfalo” y cómo podemos corregirla. 

Concretamente, la experta explica que, este bulto realmente es “un acúmulo de tejido celular subcutáneo graso localizado en la zona dorsal alta de la espalda y zona interescapular”. Mercedes aclara que esta condición está contenida dentro de las lipodristrofias del sistema tegumentario y su nombre técnico es la lipomatosis cervical.

Las alteraciones hormonales, la genética, el sobrepeso y el exceso de cortisol son algunos factores de riesgo

Las causas de aparición de la joroba de búfalo pueden ser múltiples, como Mercedes apunta, puede ser genética o subyacente a otras patologías e incluso ingesta de determinados medicamentos a largo plazo como la exametasona, glucocorticoides, hidrocortisona, prednisone…etc.

No obstante, existen algunos factores de riesgo que se asocian con esta clase de joroba. Y es que, los pacientes de la enfermedad de Cushing –una enfermedad relacionada con altos niveles de cortisol- o la enfermedad de Madelung – una lipomatosis simétrica múltiple, producida por el abuso del consume de alcohol- pueden propiciar la joroba de búfalo. De igual manera, la obesidad, tumores hipofisarios o adrenales, el consumo de ciertos inhibidores de la proteasa, como son los antirretrovirales usados en el tratamiento de VIH pueden provocar su aparición. 

Una de las molestias más frecuentes que los afectados presentan es el mal estar en relación con la apariencia física. No obstante, existen algunas dolencias físicas que Mercedes enumera: como son “el dolor cervicodorsal, dificultad para estar boca arriba y dormir en esta posición, también se registran casos de mujeres en las que el pelo del cuero cabelludo se vuelve más fino y débil, en hombres se manifiestan casos de alopecias”.

¿CÓMO SE PUEDE CORREGIR?

De cara a la prevención, “el control del peso mediante una dieta saludable y adecuada cada persona, ejercicio diario, mantener una buena higiene postural, evitar medicaciones de uso prolongado como corticoides, buscar alternativas al uso de ciertos retrovirales en caso de VIH y control de los niveles de cortisol”, son las principales recomendaciones de Mercedes Franco. También, le preguntamos a la fisioterapeuta si es posible corregir o prevenir esta patología.

Como hemos detallado anteriormente, hay algunos fármacos que propician la aparición de este tejido extra. Ante ello, la mejor alternativa para eliminar la joroba es “la retirada de medicación que la produce o sustituir la medicación por otra que no tenga este efecto secundario no deseado. O bien, disminuir la dosis, pero nunca retirar o disminuir la dosis sin la supervisión médica”, explica Mercedes. Otra pauta que la experta recomienda es el control del sobrepeso, obesidad y acúmulos de grasas a través de la implantación de medidas higiénico-alimentarias que un endocrino o nutricionista debe pautar.

Por otro lado, Franco nos enumera los tratamientos fisioterápicos conservadores, que son múltiples:

  • Ejercicios de adecuados para la espalda, región pectoral y cintura escapular: Aquí se combinan estiramientos de la musculatura implicada en la patología, como son los pectorales, trapecios, romboides, angulares de la escápula, entre otros.
  • Ejercicios de reeducación postural: Con esta disciplina se puede corregir posición de la columna vertebral, lo que contribuye a la disminución de la joroba de búfalo.
  • Ejercicios de movilización de miembros superiores: Donde se eleven los brazos, etc.

En ese sentido, también contribuyen a su eliminación los masajes, drenajes linfáticos y tratamientos de electroterapia indicados para reducción de la grasa, como láser, cavitadores, diatermias por radiofrecuencia y depresoterapia.

Finalmente, como tratamiento definitivo, la fisioterapeuta apela a la liposucción. Aunque el “postoperatorio suele ser doloroso y como en toda cirugía existen riegos asociados a la intervención, en este caso el más común es producir daño en los ganglios cervicales debido a la absorción de la cánula, pudiendo derivar en una patología linfática posteriormente”, advierte la experta.  Sin embargo, como Mercedes añade: “A pesar de ello es una buena alternativa para aquellospacientes que no pueden dejar las medicaciones que la producen y quieren evitar tener la joroba de búfalo”.

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