El verano es la época del año por la que anhelamos el resto del año. Momentos en los que viajamos con nuestras familias a la playa, recorremos el mundo, conocemos sitios nuevos o simplemente nos dedicamos a disfrutar de la piscina. Sin embargo, también son meses en los que cuidamos nuestra piel para protegerla de los efectos nocivos del sol y en los que las infecciones son más frecuentes de lo habitual, sobre todo en mujeres.
¿Sabes cuales son las más frecuentes y cuáles son los síntomas de cada una de ellas? La Dra. Isabel Bouthelier Madre, Adjunta al Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, nos resuelve todas nuestras dudas.
“La infección del tracto urinario inferior (cistitis) es una de las infecciones más frecuentes en la mujer, siendo más frecuente en jóvenes de entre 20 y 40 años. Esto se debe a que la anatomía de la mujer cuenta con una uretra muy corta y cercana al orificio anal. Generalmente, esta infección está originada por gérmenes bacterianos, siendo el E. Coli el responsable del 85 % de los casos”, explica la doctora.
Además, las infecciones vaginales son las que más se incrementan durante este periodo de tiempo. “Aproximadamente el 50% de las mujeres a los 25 años han sufrido por lo menos un episodio de candidiasis vaginal, alcanzando un 75% entre las mujeres premenopáusicas. Por su parte, la vaginosis bacteriana es la causa de entre el 40% y el 50% de las vulvovaginitis”.
¿Cómo puedo saber cuando estoy sufriendo una infección vaginal? Tal y como señala la doctora Isabel, los síntomas dependerán de los gérmenes que lo produzcan.
Aproximadamente el 50% de las mujeres a los 25 años han sufrido por lo menos un episodio de candidiasis vaginal durante el verano
En el caso de la vaginosis bacteriana, suelen ser asintomáticas, aunque también puede aparecer un flujo vaginal maloliente de color blanco grisáceo con prurito o escozor vaginal.
Las vulvovaginitis son causadas por hongos. Se da con más frecuencia en mujeres embarazadas, obesas, diabéticas, usuarias de anticonceptivos orales o tras el uso de antibióticos. Sus síntomas más frecuentes frecuentes son el prurito vulvar, que puede aumentar por el calor y por la noche, un flujo blanquecino y grumoso, ardor vulvar, irritación o dolor vaginal.
La infección por Trichomona vaginalis se considera una infección de transmisión sexual muy contagiosa, que produce también prurito vulvar y una leucorrea espumosa, de color blanco-amarillento o verdoso y maloliente.
CONSEJOS PARA PREVENIRLAS
Mantener una higiene íntima adecuada. Utilizar jabones específicos para higiene intima, con un pH compatible con el pH vulvovaginal que respeten el equilibrio de la zona y que no contengan agentes irritantes. Evitar los lavados vaginales.
Evita estar con la ropa de baño mojada durante mucho tiempo. Siempre es mejor que ponerse ropa seca tras el baño en la playa o piscina.
Escoger preferiblemente prendas de algodón para la ropa interior o de tejidos transpirables, que ayudan a evitar la humedad y permiten la transpiración de la zona íntima.
El uso frecuente de antibióticos o corticoides puede alterar la flora vaginal, favoreciendo la aparición de estas infecciones vaginales. Usar probioticos durante la toma de estos medicamentos.
Para evitar las infecciones urinarias, además es importante beber al menos 1.5 litros de agua diaria y orinar siempre después de las relaciones sexuales así como usar barreras de protección que no sean dañinas.