En este sentido y con motivo del Día Internacional de la Incontinencia Urinaria, que se celebra este martes, TENA Lady y TENA Men han querido contribuir a normalizar esta situación. Para ello, han elaborado un listado sobre las diferencias entre la incontinencia masculina y femenina, cómo afecta y cómo prevenirla en ambos sexos:
1. Prevalencia: una de cada tres mujeres a partir de los 50 años ha tenido pérdidas de orina de algún tipo, mientras que en el caso de los hombres, la prevalencia es uno de cada cuatro a partir de los 40 años.
2. Factores de riesgo: las mujeres sufren un debilitamiento del suelo pélvico producida por los embarazos, partos y menopausia, aunque también lo puede dañar el estreñimiento crónico y la obesidad. En los hombres, se relaciona la incontinencia con el aumento del tamaño de la próstata, el cáncer prostático o los trastornos neurológicos.
"Aunque la prevalencia de la incontinencia urinaria entre mujeres es mayor, la repercusión social y emocional es más significativa en el hombre"
3. Tipos más frecuentes: incontinencia de esfuerzo en la femenina y de urgencia, conocida como “vejiga hiperactiva”, en la masculina.
4. Soluciones: las mujeres deben tonificar y rehabilitar la musculatura pélvica y los hombres fortalecer la musculatura del suelo pélvico y aumentar el control sobre el esfínter.
5. Acudir al médico: el 42% de las mujeres y hasta el 60% de los hombres con incontinencia urinaria no acude al médico para buscar una solución.
6. Tabú: para el 32% de las mujeres, esta patología sigue siendo tabú, mientras que la mitad de los hombres espera más de un año para consultar con un profesional sanitario.
7. Uso de absorbentes: el pH y la densidad de la orina requieren de un producto capaz de retener su fluidez y de neutralizar el olor. En el caso de los hombres, un 35% no conoce la existencia de absorbentes masculinos y solamente el 7% recurre a ellos.
9. Impacto emocional: la incontinencia femenina afecta a la calidad de vida de las mujeres provocando inseguridad, pérdida de autoestima, depresión y aislamiento. La masculina provoca inseguridad y depresión en algunos casos.
10. Costumbres erróneas: las mujeres desconocen la existencia de soluciones y los hombres limitan la ingesta de líquidos para evitar pérdidas, pero consiguen lo contrario, ya que se concentra la orina.
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