Aunque se hayan hecho de rogar, las vacaciones ya están aquí y los días de sol, playa y piscina han llegado para que podamos disfrutarlos al mismo tiempo que reponemos el máximo de energías. Eso sí, teniendo en cuenta que la exposición al sol debe ser controlada, en las horas de menor intensidad y utilizando siempre protección solar para evitar la aparición de problemas posteriores.
¿CÓMO AFECTA EL VERANO A NUESTRA PIEL?
Los rayos del sol tienen unos efectos positivos para todo nuestro organismo, ya que ayudan a que produzcamos vitamina D y fortalecen nuestro sistema inmune. Sin embargo, no debemos abusar de él, pues todos conocemos los daños que puede ocasionarnos. Mari Luz Rentero, directora médica de Grupostop, recalca la importancia de utilizar crema solar con un factor alto y de reaplicar cada dos horas en exterior y cada cuatro en interior. De lo contrario, pueden aparecer quemaduras, eritemas soles, manchas, rojeces y, en el peor de los casos, cáncer de piel.
Aunque el sol sea, quizás, el factor que mayor riesgo conlleva para la salud de nuestra piel en verano, hay otros agentes externos que pueden complicar su bienestar. Hablamos de las aguas del mar y de la piscina, pues el salitre y las sustancias químicas que se utilizan para desinfectar las piscinas tienen un efecto negativo sobre la piel. Pueden ser fuente de alergias, infecciones o irritación para la piel, al no respetar su pH. Es verdad que la sal del mar tiene un efecto exfoliante y depurativo, pero en pieles sensibles, también puede ser altamente irritante y generar picor o escozor.
Los exfoliantes eliminan las células muertas y limpian la piel en profundidad
Por otro lado, el sudor típico de las altas temperaturas obstruye los poros de los tejidos cutáneos y puede ser fuente de infecciones cuando no existe una buena higiene en las zonas de mayor fricción o poca ventilación. Además, la sudoración también causa otros problemas, como por ejemplo, brotes de acné y un exceso en la producción de sebo natural. La higiene en estos casos se convierte en un paso fundamental.
LA IMPORTANCIA DE LA EXFOLIACIÓN
Como ya hemos visto, el verano puede ser muy perjudicial para el bienestar de nuestra piel, así que hay que garantizar su máximo cuidado para prevenir su envejecimiento prematuro. Además de la higiene e hidratación diarias, tanto en rostro como en el resto del cuerpo, también debemos recurrir a la exfoliación entre 1 y 2 veces por semana, con el fin de eliminar las células muertas y todas las partículas que se encuentran en la epidermis.
- Exfoliantes para el rostro: en verano, las glándulas sudoríparas se activan con el calor y producen sudor. Sus efectos en el rostro se saldan con más bacterias en la capa superficial y la obstrucción de los poros, por lo que para evitar la aparición de los puntos negros, poros dilatados y los brotes de acné, hay que optar por exfoliar la cara para eliminar todas las células muertas y la suciedad.
Según Raquel González, directora de educación de Perricone MD, existen exfoliantesmecánicos, que actúan físicamente para retirar la suciedad; químicos, que están formulados con ácidos que penetran en el tejido para romper las células muertas y regenerar la piel; y enzimáticos, que trabajan de forma similar a los químicos, pero de forma más delicada. Sobre el rostro, hay que trabajar con los movimientos circulares, muy suaves, y durante mucho rato. Nos podemos ayudar de los cepillos de limpieza faciales para limpiar en mayor profundidad.
- Exfoliantes corporales: al igual que existen exfoliantes para el rostro, también hay cosméticos destinados a depurar el cuerpo. Algunos de ellos tienen efecto refrescante, por lo que están muy indicados para utilizar en verano. Para asegurarte de eliminar la suciedad, como las partículas de sal, arena, cloro o la suciedad, te recomendamos utilizarlo con un guante exfoliante conocido como ‘Kessa’, que suelen estar elaborados con material rugoso y áspero para rascar la piel y actuar en profundidad. Un exfoliante químico y al alcance de tu mano sería utilizar bicarbonato de sodio una vez cada dos semanas, ya que sus propiedades alcalinas retiran las partículas de suciedad y toda la grasa de de la piel de forma muy efectiva. Tendrías que aplicarlo en la ducha, sobre la piel mojada, y extendiéndolo con el guante Kessa mientras rascas la piel. Después, déjalo actuar durante 10 minutos y aclara con agua.