La búsqueda constante de un abdomen firme y tonificado es uno de los grandes argumentos a la hora de comenzar a practicar ejercicio. Sin embargo, normalmente recurrimos a rutinas tradicionales sin prestar atención a las alternativas que pueden ayudarnos a trabajar esta zona de manera más efectiva. Un claro ejemplo son los ejercicios isométricos, y de los que nos podremos beneficiar en otras zonas de nuestro cuerpo, tales como glúteos y espalda.
Alex García, entrenador personal y director de Fit Club Madrid, apunta las claves de los ejercicios isométricos y dónde radica su éxito.
¿Qué es un ejercicio isométrico? ''Consiste en mantener la tensión muscular sin generar ningún movimiento de contracción o de extensión del músculo. Normalmente el ejercicio debería cesar después de unos 10-15 segundos. Con ellos fortalecemos zonas muy específicas del cuerpo y mejoramos el rendimiento sin necesidad de dedicarle demasiado tiempo'', señala.
La búsqueda constante de un abdomen firme y tonificado es uno de los grandes argumentos a la hora de comenzar a practicar ejercicio
¿Cuáles son sus beneficios? Aumento de la fuerza muscular, mejora nuestro rendimiento, bajo riesgo de lesión, ayudan a prevenir lesiones y a tratarlas, tiene fácil ejecución, no necesita material deportivo específico y requiere poco tiempo.
''Debemos calentar previamente, y no debemos mantener la respiración durante la ejecución del ejercicio. Su práctica no es recomendable para personas hipertensas o con problemas cardiovasculares'', comenta el entrenador personal.
Existen distintos tipos de ejercicios. Por un lado, la plancha estática sobre brazos, codos o lateral, con la que trabajaremos todo el cuerpo, incidiendo en abdominales, oblicuos y brazos.
Con la sentadilla estática contra la pared o en el aire fortalecemos muslos, espalda y glúteos.
Finalmente, la zancada isométrica es idónea para trabajar cuádriceps, femorales y glúteos.