Estamos acostumbrados a utilizar productos cosméticos para cuidar nuestra piel y protegerla de los agentes externos y de las tan temidas arrugas, líneas de expresión, patas de gallo, bolsas u ojeras. Para ello, entre nuestros productos habituales encontramos algunos como la crema hidratante, el corrector o el sérum, tres imprescindibles que no pueden faltar en nuestra rutina diaria.
Al igual que usamos el sérum para cuidar nuestra piel, este cosmético de textura ligera, con una potente concentración de activos, también se esta comenzando a utilizar en las rutinas dentales. La doctora Irene Esteve, odontóloga y experta en estética dentofacial, nos explica qué es, en qué debemos fijarnos a la hora de elegir un sérum bucal y cuáles son sus beneficios en la dentadura.
Cuando hablamos de sérum, en cosmética general, entendemos un producto con una cantidad importante de componentes activos, que aportan determinados beneficios, y que tiene una textura más bien fluida. Los sérums dentales tienen como misión rejuvenecer el esmalte, devolverle su brillo y color natural.
Se trata de un producto que ha sido diseñado para recuperar el esmalte desgastado a lo largo de los años. “En éste sentido, los sérums dentales se parecen mucho a los geles que han existido toda la vida, aunque cambia un poco la textura”, explica la doctora Esteve.
Los sérums dentales tienen como misión rejuvenecer el esmalte, devolverle su brillo y color natural
Es decir, “técnicamente hablando, una sustancia demasiado fluida, con grandes cantidades de determinados componentes, no nos beneficia en la cavidad oral. Por eso, lo ideal es que la textura sea más bien en gel y se quede adherido el máximo tiempo posible a nuestro esmalte”, concluye la doctora. De ahí que ella recomiende prestar atención a la textura del producto que adquirimos.
DESPUÉS DEL CEPILLADO
El cepillado dental es una de las claves para mantener una salud bucal perfecta. Lo recomendable es cepillarse los dientes después de cada comida, pero como resulta complicado, como mínimo se debería hacer dos veces al día.
Lo primero que debemos saber es que el cepillado tiene que durar como mínimo dos minutos. 30 segundos por cada zona de la boca. Es importante siempre empezar en la encía y acabar en el diente y no al revés. En cuanto a la cantidad de pasta de dientes, se recomienda tomar como referencia el tamaño de un guisante. Además, si quieres evitar el mal aliento, lo mejor es frotar la lengua con el cepillo de manera delicada cuando ya se han cepillado los dientes.
Irene Esteve explica que, en cuanto al sérum, lo mejor es aplicarlo después del cepillado. "lo ideal es aplicarlo después del cepillado dental, con el dedo o con un bastoncillo y lo dejemos actuar al menos durante media hora sin comer ni beber nada en ese tiempo".