Aunque cada vez hay más diversidad, el odio y el rechazo, incluso la violencia, hacia las personas gordas, continúa siendo una realidad. Esta conducta recibe el nombre de ‘gordofobia’ y lleva consigo una estigmatización de las víctimas que impacta gravemente en su salud emocional. Lo grave es que esas actitudes negativas pueden trascender a la sociedad, provocando que incluso una persona genere auto-rechazo a sí misma por su peso corporal.
Las excusas que pretenden legitimar a la gordofobia vienen dadas por la mal determinada asociación de gordura con mala salud. Quienes creen que las personas con sobrepeso u obesidad gozan de un organismo peor, entre otras cosas, recaen en unas atribuciones infundadas que ya se han estudiado en múltiples ocasiones. En una entrevista para Estetic, Laura Alberola (@lauraalberolapsicologia), psicóloga y terapeuta experta en trauma y en TCA, comenta que la mezcla de salutismo y gordofobia genera unas consecuencias ya probadas en sus víctimas, tales como una percepción de menor felicidad, éxito y baja autoestima y un mayor rechazo en el ámbito de la contratación laboral y ascensos profesionales.
Además, se les juzga con mayor dureza por delitos menores, reciben un trato médico y quirúrgico peor por parte de los profesionales, muestran una mayor atribución de rasgos negativos de personalidad y sufren un mayor riesgo de acoso, intimidación y violencias. Unas percepciones que crecieron tras la pandemia, ya que propició un aumento de los prejuicios contra las personas con comorbilidades. La experta expone estos estudios científicos en su nuevo libro, ‘Suelta la dieta, sana tu cuerpo’, aunque nos cuenta que “el aprendizaje no acaba nunca” y que hay mucha más información disponible al respecto.
“Necesitamos un cambio de paradigma que impregne todas las áreas de la sociedad”
Por todos estos y demás motivos, la gordofobia que existe en la sociedad aleja a las personas con cuerpos grandes de poder alcanzar una imagen positiva de uno mismo. Es cierto que cada vez más cobran más fuerza las bellezas diversas y el movimiento body positive. Este nuevo horizonte parece, a priori, algo positivo, pero esta positividad puede generar una nueva presión: ¿qué pasa si no llegamos a amar nuestro cuerpo?
La experta recuerda que “no necesitamos amar nuestro cuerpo, necesitamos habitarlo, sentirlo, vivir plenamente todo aquello que nos proporciona”. Y que tampoco en necesario “amarlo para poder estar tranquila con él” porque puede ser un enorme desafío, especialmente si llevamos años, incluso toda la vida, luchando contra él. Por ello, recomienda poner el foco en aquello que el cuerpo permite hacer, “en la experiencia de vivir a través de él”. Se trata de deshacerse de la cosificación, ahora que llevamos tanto tiempo “recibiendo mensajes de cómo deberíamos verlo”.
Este cambio de perspectiva no es tarea fácil, mucho menos con la fuerte presencia que tienen en nuestras vidas las redes sociales y las imágenes estereotipadas que se comparten en ellas. “La cultura de dieta es fuerte y los mensajes cada vez son más agresivos”, dice Alberola. “Las personas gordas reciben muchísimos ataques violentos por redes y cada vez existen mensajes más polarizados, polémicas y movimientos extraños”, añade.
"Las redes sociales han sido claves a la hora de dar a conocer la gordofobia"
Si bien es cierto que estas plataformas han sido “clave para dar a conocer la gordofobia”, visibilizándola desde distintas partes del mundo y haciendo que se hable de ella, la experta ve el futuro “esperanzador pero incierto”. Porque aquí también toman partido las grandes marcas y la industria de la moda, que se están sumando al positivismo corporal y al mundo de las bellezas diversas, pero detrás esconden muchos intereses comerciales.
La psicóloga no cree que haya grandes marcas que sientan valores, sino que “es un negocio, y sinceramente, creo que no son conscientes de la necesidad de más variedad de tallaje que existe”. En cambio, ve con otros ojos los trabajos de las marcas pequeñas, que “sí apuestan por una diversidad corporal real, y suelen ser marcas con valores, de proximidad y que merece la pena conocer.”
“La cultura de dieta es fuerte y los mensajes cada vez son más agresivos”
Cuando le preguntamos a la experta qué se puede hacer para abordar la gordofobia, expone que es un asunto muy complejo que requiere de un abordaje holístico e integral. Las personas con cuerpos disidentes sufren múltiples opresiones, por lo que hay mucho que cambiar.
Sin embargo, entre todas las medidas que se pueden cambiar. Así lo destaca la experta: “Una educación y sensibilización sobre estos conceptos, una legislación que contemple la discriminación que sufren las personas por su tamaño corporal, medidas sobre cambios de paradigma a nivel de tratamiento de salud integral que vayan desde la investigación hasta el profesional que atiende en la consulta, cambios en los medios que incluyan la representación, la publicidad, etc”. Se trata, en definitiva, de “un cambio de paradigma que impregne todas las áreas de la sociedad”.