Llega el verano y a todas nos gusta sacarnos partido ahora que viene la época de playa y piscina. Sin embargo, buscamos alcanzar todos los objetivos físicos que no hemos trabajado durante el resto del año y nos ponemos a seguir rutinas que encontramos por internet, sin pararnos a pensar que existen distintos tipos de entrenamiento. Generalmente, solemos caer en la idea de que el cardio es el que más nos ayuda a perder grasa, así que solemos darle prioridad, pero ¿conviene rechazar el entrenamiento de fuerza para este objetivo?
Para salir de dudas, desde Estetic hemos contactado con Miguel Ángel Peinado (@miguel.trainer), el popular entrenador personal que suma más de 100.000 seguidores en Instagram. Y para responder a nuestra preguntas, primero nos ha explicado las diferentes ventajas que nos ofrece el cardio y la fuerza:
En primer lugar, destaca que con los entrenamientos de fuerza reducimos el riesgo de sufrir lesiones, ya que “fortalecen los músculos, los ligamentos y los tendones, además de mejorar su movilidad”. Además, es una potente herramienta de trabajo para fortalecer los huesos, imprescindible para prevenir enfermedades como la osteoporosis, una enfermedad que “según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en España afecta a 3,5 millones de personas, siendo las mujeres las principales afectadas”, indica el experto.
“Cuanta más masa muscular, más calorías gasta nuestro cuerpo”
Por otro lado, la fuerza ayuda a combatir los efectos del envejecimiento, ya que “con los años, vamos perdiendo fuerza y masa muscular”, y también a controlar mejor la producción hormonal, teniendo en cuenta que “los trastornos hormonales en mujeres jóvenes son relativamente comunes”. Un ejemplo es el síndrome del ovario poliquístico, una alteración metabólica y hormonal.
El trabajo de fuerza también contribuye a la salud cardiovascular, un punto importante y a menudo olvidado. El entrenador personal recuerda que “no sólo el cardio es bueno para la salud del corazón”, sino que los ejercicios con peso “bien planificados y controlados por el especialista, que trabajen el músculo de forma específica, son clave para el correcto funcionamiento del organismo”.
Además, solemos vivir encerradas en la idea de que el entrenamiento de fuerza favorece el aumento de la masa muscular. Sin embargo, su práctica también es importante para la pérdida de grasa, pues “cuanta más masa muscular, más calorías gasta nuestro cuerpo”, señala Miguel Ángel. Y este beneficio no ocurre únicamente durante el entrenamiento, sino que se prolonga “incluso horas después”.
“Si el objetivo es quemar grasa, hay que apostar siempre por la fuerza”
Otras ventajas de la fuerza están relacionadas con la salud mental, pues existen diferentes estudios científicos que “sugieren que ayuda a reducir la ansiedad, incrementar la autoestima y regular el estado de ánimo. También ha demostrado un efecto positivo para la memoria y el aprendizaje”. Asimismo, es importante destacar que practicar entrenamientos de fuerza “incrementan la calidad de vida, sobre todo a medida que pasan los años”.
Repasados los beneficios de la fuerza, el experto expone que estos son extensibles a las rutinas de cardio. Sin embargo, a estas se les puede sumar que” ayuda a mejorar la calidad del sueño y la sensación de bienestar”, así como “reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes o el riesgo de sarcopenia, un síndrome que supone una pérdida progresiva y generalizada de la fuerza y la masa muscular esquelética entre las personas mayores”.
Por lo tanto, ambos tipos de entrenamiento son igual de importantes y beneficiosos para el organismo y ambos contribuyen a la pérdida de grasa. Lo ideal es combinarlos en equilibrio, en el que “hay que darle más importancia a la fuerza”. Miguel Trainer propone establecer una prioridad del 70% a la fuerza y del 30% al cardio para maximizar todos los beneficios.
Es más, afirma que "si el objetivo es quemar grasa, hay que apostar siempre por la fuerza". Una opción muy interesante es "hacer hacer un entrenamiento de fuerza y después, para acabar, hacer un poco de cardio, entre 15 y 30 minutos dependiendo del tiempo de cada persona".