La estimulación de zonas erógenas como genitales, nalgas o cuellosuele ser una de las prácticas más valoradas en el ámbito sexual, pero ¿existen formas menos convencionales de excitarnos? Aunque la Real Academia de la Lengua Española defina el fetichismo como una “desviación sexual”, lo cierto es que la preferencia erótica por ciertos objetos o partes del cuerpo no consideradas a priori sexuales, es una práctica cada vez más común que puede mejorar las relaciones íntimas.
Las personas tienen multitud de preferencias sexuales, en cuanto a elementos u objetos que sienten como un complemento en el encuentro sexual, incluso llega a ser necesario para algunas personas a la hora de conseguir el placer. Aunque en ocasiones, algunos fetiches pueden llegar a convertirse en fijaciones, haciendo casi imposible para alguien el encontrar placer si no está presente uno de estos elementos, también existen fetiches en niveles menos extremos, y se trata simplemente de elementos que aumentan el placer, aunque no sean imprescindible.
"Aunque cada vez estamos más abiertos hacia temas de sexo, el mundo del fetiche sigue rodeado de tabúes"
JOYclub, comunidad basada en la sexualidad liberal, nos abre la puerta a lo desconocido descubriendo los fetiches más ocultos y extravagantes.
- Tricofilia. El pelo siempre ha sido un símbolo de sensualidad, tanto femenina como masculina. Y esto es algo que los fetichistas del cabello llevan a rajatabla. Estas personas alcanzan una intensa excitación cuando acarician el pelo de otras personas. Pero no todos son iguales, ya que quienes presentan este tipo de fetiche no siguen un patrón concreto, depende del color, el corte de pelo o hasta el peinado. Aunque la tricofilia se satisface con el contacto físico con el cabello, también se puede alcanzar al clímaxviendo cortar el pelo.
- Claustrofilia. Lo normal es tener pánico a espacios cerrados, pero en este tipo de fetiche lo excitante es permanecer en ellos. Ascensores, armarios o el cuarto de baño de un avión se convierten en los lugares perfectos si eres un aficionado a las relaciones sexuales en espacios extremadamente pequeños.
- Autoandrofilia. Vestirse con lencería sexy o sensuales disfraces suele ser una de las fantasías más deseadas y recreadas en la intimidad del dormitorio. En el caso de la autoandrofilia, es la mujer la que siente placer al vestirse y actuar como hombre durante los preliminares y el acto sexual. Además, esta práctica también implica el rol de dominación, muy a la orden del día.
- Estigmatofilia. Si no tienes un tatuaje o piercing, es muy probable que alguien de tu entorno lleve uno. Pero ¿hasta qué punto llega este estilo de vida? “Hay personas que lo llevan al extremo y solo son capaces de excitarse con otros individuos que tengan este tipo de marcas en su cuerpo”, explican desde JOYclub.
- Ursusagalamatofilia. No cabe duda de que el universo del fetichismo contempla opciones de lo más sorprendentes. Aunque pueda resultar extraño, la excitación sexual por los juguetes de peluche o por personas disfrazadas con traje de animal, como osos, tigres, perros o gatos, es uno fetiche mucho más frecuente de lo que la gente podría llegar a imaginar.
"Aunque cada vez estamos más abiertos hacia temas de sexo, el mundo del fetiche sigue rodeado de tabúes. El miedo al rechazo o a la reacción de otra persona es algo que puede jugar en nuestra contra, pero es importante recordar que, en el sexo, la comunicación es fundamental" afirma Paola Benavides, portavoz de JOYclub.