El vello corporal en las mujeres todavía se considera socialmente un problema estético y puede llegar a generar muchas inseguridades entre la población femenina. Aunque la herencia genética tiene mucho que ver con la cantidad de vello corporal que tenemos, también es posible que este fenómeno ocurra por un trastorno hormonal: el hirsutismo.
¿QUÉ ES Y POR QUÉ APARECE EL HIRSUTISMO?
El hirsutismo se produce cuando existe un crecimiento excesivo del vello corporal en las mujeres, normalmente en áreas en las que la presencia del pelo es más característica en los hombres, como en la cara, el pecho o la espalda. Este fenómeno suele aparecer por una alta producción de andrógenos, las hormonas masculinas como la testosterona, la androstenediona y la dehidroepiandrosterona, entre otras.
Las causas del hirsutismo pueden ser diversas y frecuentemente están relacionadas con trastornos que provocan un aumento en la producción de andrógenos. Esta producción androgénica puede verse alterada por problemas en las glándulas que las liberan, que son las glándulas suprarrenales y los ovarios. Entre las afecciones más comunes que pueden afectarlas se encuentran el síndrome de ovario poliquístico, la hiperplasia suprarrenal congénita, el síndrome de Cushing o la presencia de tumores.
Además de los síntomas físicos que provocan las causas subyacentes, el hirsutismo genera un importante impacto emocional
Sin embargo, en algunos casos este problema hormonal puede ser idiopático, es decir, cuando no se puede identificar una causa específica. En estos casos idiopáticos se cree que la piel y los folículos pilosos resultan más sensibles a los andrógenos, un hecho que desencadena el crecimiento excesivo del vello. También pueden influir los factores genéticos.
Esta condición puede afectar a la calidad de vida de la mujer, ya no sólo por los síntomas físicos de las afecciones que provocan el hirsutismo, sino por el impacto emocional. Los sentimientos de vergüenza o ansiedad social por la apariencia física que aporta un exceso de vello corporal podrían limitar la vida social y los planes de ocio. Incluso podría derivar en problemas de ansiedad o trastornos de salud mental por la preocupación o inseguridades que genera.
SÍNTOMAS
Los síntomas de hirsutismo son fácilmente reconocibles. Se puede identificar a través del crecimiento de vello grueso y oscuro en zonas en las que la presencia del vello corporal en mujeres no es fuerte: en el labio superior o en la barbilla, en el pecho, el abdomen, la línea alba, la espalda y muslos. Este crecimiento del vello puede variar desde una ligera pelusa hasta un vello completamente desarrollado, similar al de un hombre.
Sin embargo, una alta producción de andrógenos también deja otras señales, como cambios en la voz, calvicie de patrón masculino, disminución del volumen del pecho y aumento del tamaño de los músculos. Otros síntomas comprenden la aparición de acné severo por el desajuste hormonal, ciclos menstruales irregulares o incluso ausencia de estos, y un aumento en el tamaño del clítoris.
El tratamiento láser para la eliminación del vello corporal no resulta efectivo porque los desajustes hormonales propician el crecimiento del pelo en las zonas hormonales
Tras la observación de los síntomas, el médico puede diagnosticar hirsutismo a través de una analítica de sangre para analizar los niveles de andrógenos. Y, para categorizar la gravedad del trastorno de la paciente, utilizará la escala de Ferriman-Gallwey, un sistema que puntúa las áreas específicas del cuerpo donde se ha producido un exceso de crecimiento de vello masculino. También podrá realizar otras pruebas adicionales para descartar problemas de salud subyacentes, como los mencionados anteriormente.
TRATAMIENTO
Además del acompañamiento psicológico para aliviar el impacto emocional, se utilizan fármacos antiandrogénicos que contrarrestan los efectos de los andrógenos. Asimismo, los doctores pueden prescribir píldoras anticonceptivas para regular los niveles hormonales y mantener un balance adecuado entre los andrógenos y las hormonas femeninas. No obstante, estos tratamientos podrían no ser efectivos en todas las pacientes, generan efectos secundarios, no abordan las causas subyacentes y deben tomarse durante tiempos prolongados para ver sus efectos.
El tratamiento láser para la eliminación del vello corporal tampoco resulta demasiado efectivo, ya que los desajustes hormonales propician el crecimiento del pelo en las zonas hormonales. En cambio, la alimentación sí podría ayudar a reducir la producción de andrógenos en el organismo, en los casos en los que se sigue una dieta saludable y rica en fitoestrógenos, con productos como la soja, las semillas de lino y los frutos secos. El ejercicio regular y el control del estrés también benefician a la salud general y a la producción hormonal.