La piel siempre está expuesta a la luz solar, luces azules (que provienen de nuestros móviles, ordenadores, TV, IPad...) y luces infrarrojas. Estas dos últimas, a las que no damos mucha importancia, son también las causantes de esa pigmentación que se produce en nuestra piel, ese color grisáceo que da a la piel un aspecto de mala oxigenación.
Por ello, tenemos que concienciarnos que la protección no es solo para cuando salimos a la calle o vamos a la playa, sino que tenemos que protegernos siempre; en invierno, con protecciones un poco más bajas (20 o 30 SPF), y en verano con protecciones 50 SPF. Y es que, la protección solar de un producto es del 100% sobre la UVB y aproximadamente 1/3 sobre los rayos UVA.
Así pues, Natividad Lorenzo señala que ''un solar no solo nos protege del sol y de los rayos UVB y UVA, sino que cuentan también con activos anti edad y específicos, que nos protegen también frente a la luz visible (HEV luz azul) y a la luz infrarroja (IR), combinando filtros físicos, que hacen efecto pantalla; filtros químicos, que absorben la radiación solar y se deben aplicar 30 minutos antes de la exposición; y filtros biológicos, que son los que frenan la oxidación celular.
La protección solar de un producto es del 100% sobre la UVB y aproximadamente 1/3 sobre los rayos UVA.
En este sentido, según Natividad Lorenzo existen unos datos clave a tener en cuenta para una correcta utilización de la protección solar. Por un lado, adecuar el producto al tipo de piel y sus necesidades para evitar posibles reacciones. Las pieles secas, sensibles, grasas... necesitan distintas texturas y principios activos.
Por otro lado, puesto que el rostro es la zona más sensible a la radiación solar, se recomiendan índices de protección más elevado y con protectores biológicos específicos para pieles sensibles y sin filtros químicos.
Asimismo, después de un tratamiento médico-estético la piel queda más sensible y por ello es conveniente aplicar diariamente el protector solar y con índice de protección alta, aunque no haya exposición directa al sol.
Además de esto, las condiciones meteorológicas son muy importantes a la hora de determinar un protector solar, extremando la precaución en montaña, nieve y en el mar; al igual que los medicamentos, que son fotosensibilizantes y por ello hay que proteger la piel.