Estas son las diferencias entre las verrugas genitales y los papilomas cutáneos

Las verrugas genitales y los papilomas cutáneos son muy similares en apariencia, pero uno de ellos se contrae a través de relaciones sexuales. Por ello, conocer sus diferencias es fundamental para frenar la transmisión e iniciar un tratamiento temprano.

Bikini de una mujer (Foto. Freepik)
Bikini de una mujer (Foto. Freepik)
4 septiembre 2024 | 10:00 h

En ocasiones, las personas pueden confundir las verrugas genitales con los papilomas cutáneos, puesto que ambos crecen en el área de los genitales y se asemejan en apariencia. El desarrollo de los papilomas cutáneos no es claro, pero padecer el virus del papiloma humano (VPH), por contacto sexual, puede implicar verrugas genitales. Pese a que son afecciones distintas de la piel, son muy similares entre si. Ninguna suele ser dañina y tampoco se tienden a convertir en cáncer.

VERRUGAS GENITALES

Las verrugas genitales, o verrugas anogenitales, son un síntoma de la infección por VPH. En Estados Unidos, se estima que entre un 10% y un 20% de los ciudadanos padece VPH, pero solo el 1% padece síntomas. El VPH no siempre causa verrugas, pero las personas con sistemas inmunes comprometidos, VIH avanzado o en tratamiento contra el cáncer, pueden ser más propensos.

Suelen aparecer en forma de pequeños bultos en la zona anal y genital, incluyendo:

  • El pene, alrededor del prepucio en personas no circuncidadas
  • Alrededor o dentro de la vagina y ano
  • El perineo, la zona entre el ano y los genitales

No tienden a causar síntomas una vez aparecen, pero las personas pueden experimentar sangrados, picazón y dolor en la zona. Igualmente, es posible que suponga una molestia a la hora de mantener relaciones sexuales o al orinar.

La aparición de verrugas genitales puede ser un síntoma de infección por VPH

Para diferenciarlas de los papilomas, es crucial conocer cuáles son sus patrones de aparición. En ese sentido, se pueden mostrar en bultos individuales o en racimos similares a una coliflor. Igualmente, suelen tener el mismo color de la piel o ligeramente oscuro. Y ser tanto firmes como suaves.

No siempre se requiere un tratamiento, pero en el caso de tener su aparición en la zona genital, puede ser conveniente eliminarlas para prevenir el riesgo de volver a contraerlas o transmitirlas a otra persona. Entre los protocolo más comunes se encuentra la aplicación de cremas tópicas, la crioterapia o la extirpación quirúrgica.

PAPILOMAS

Por su parte, la causa de los papilomas es desconocida pero algunos expertos apuntas a la fricción de la piel y la ropa como culpable. Y es que la mayoría de estos bultos crecen el los pliegues de la piel, donde más fricción hay. Igualmente, el envejecimiento también podría ser una causa, ya que con el paso del tiempo, el tejido de la tez pierde elasticidad.

Los papilomas cutáneos son inofensivos pero pueden engancharse en la ropa interior y desarrollarse en cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, las áreas más comunes son el cuello, los párpados, las axilas o debajo de los senos. En algunas ocasiones, también pueden desarrollarse en las ingles.

Al igual que las verrugas, pueden tener el mismo color y causar síntomas como el enrojecimiento o la decoloración, así como la irritación. Algo que les diferencia es, que estos suelen ser blandos y pueden poseer un tallo carnoso que recibe el nombre de pedúnculo, a pesar de que son pequeños, pueden crecer de dos a cinco centímetros.

Por razones estéticas, pueden desear retirarlos. Ante ello, los protocolos más habituales para eliminarlos son la crioterapia o la extirpación en quirófano. Por otro lado, existe un protocolo que consiste en atar una banda alrededor del bulto, que ayuda a estimular su caída. Sin embargo, un individuo no debe tratarlos por su cuenta, ya que el riesgo de infecciones y sangrado es muy elevado.

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