El embarazo es una de las etapas más bonitas en la vida de una mujer. La sensación de ver como dentro de ti está creciendo una pequeña vida, sentir sus primeras patadas o los primeros latidos, las visitas al ginecólogo… Sin duda momentos que se guardan en lo más profundo del corazón. Y otro de los momentos más inolvidables, pero a la vez doloroso, es el nacimiento del bebé o lo que todos conocemos como parto.
Para paliar los dolores, se utilizan anestesias como la famosa epidural. ¿Quieres conocerlo todo acerca de ella? Te desvelamos todos los secretos.
“La analgesia epidural es una técnica por la que se administran anestésicos locales en el espacio epidural con la intención de eliminar el dolor. Es una técnica muy efectiva a la hora de producir el efecto deseado, pero al mismo tiempo produce bloqueo motor, lo que dificulta la movilidad de la paciente”, explica el Dr. José Luis Ayala Ortega, Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles.
Además de producir un bloqueo de las fibras nerviosas, la epidural también puede bloquear otros nervios relacionados con el tono vascular. De esta forma puede generar hipotensión. “En un número de pacientes, también puede ocurrir que la analgesia no funcione, o que funcione, pero de forma parcial (bloqueo parcheado), que puede necesitar de repetir la técnica en los casos en que el dolor continúe siendo intenso”, explica el anestesiólogo. ¿Y cefalea? Solamente ocurre aproximadamente entre un 1-2% de los casos, cuando ocurre una punción de la duramadre.
No se trata de un analgésico único y exclusivo para las embarazas, sino que además se puede emplear en otras cirugías, además del parto. Así lo explica el Doctor Ayala, “en determinadas cirugías se utiliza como técnica anestésica, ya que permite la realización de operaciones sin otro tipo de anestesia, fundamentalmente cuando se trata de cirugías en miembros inferiores”.
En los partos no existe un “mejor momento”, se puede pedir en cualquier momento, aunque es necesario que la paciente se encuentre en parto activo
Incluso, se pueden dar situaciones en las que sea imposible administrarla. “Siempre que el paciente rehúse su realización, no se hará. Además, determinadas patologías que tienen que ver con la coagulación de la sangre, o pacientes que están tomando anticoagulantes, no podrán recibirla, a menos que se corrija esa situación de antemano. En casos de infección local o sistémica no se podrá realizar tampoco. En pacientes con una anomalía anatómica en la zona, como la escoliosis, o cirugías previas en la zona, la técnica podrá ser más dificultosa, o incluso imposible de realizar”, apunta el especialista.
¿Existe algún momento concreto en el que sea recomendable solicitar la epidural? En los partos no existe un “mejor momento”, se puede pedir en cualquier momento, aunque es necesario que la paciente se encuentre en parto activo, lo cual lo determinará la matrona. Igualmente, se pueden dar casos, en los que si el parto está muy avanzado tampoco se recomienda.
Una de las anestesias más utilizadas y que va cobrando protagonismo poco a poco es la “walking epidural”. “La idea es conseguir analgesia con el mínimo bloqueo motor. De esta manera se puede permitir que la paciente se siente, o una mínima deambulación (con monitorización, pues cierto bloqueo motor puede todavía existir, y le pueden fallar las piernas a la paciente y caerse). Como contrapartida, la analgesia puede ser menos efectiva y las contracciones pueden notarse más, incluso llegando a ser dolorosas”, apunta el Doctor.
TATUAJES Y EPIDURAL
“La tinta de los tatuajes no puede pasar al espacio epidural o intradural. Por ello no se puede realizar una punción en una zona con tatuaje. En general, los tatuajes suelen contar con alguna zona de piel intacta por la que se podría realizar la técnica, aunque dificulta la misma. En casos en los que no exista ningún hueco, la única posibilidad sería realizar un corte en la piel para realizar la punción desde más adentro, lo que podría dañar el tatuaje”, explica el Doctor Ayala.