Y es que, a medida que envejecemos, también lo hacen nuestras células. En este sentido, algunos factores como el consumo de alcohol, el tabaquismo, la falta de ejercicio físico o el estrés pueden influir en gran medida en la progresión de ese envejecimiento celular.
"La baja actividad física parecía explicar la brecha de edad biológica de ocho años entre las que hacían ejercicio y las que no lo hacían"
De hecho, nuestras células contienen telómeros, que son secciones repetitivas de ADN situado al final de los cromosomas para protegerlos del deterioro. Pues bien, a medida que envejecemos, los telómeros se hacen más y más cortos hasta que las células mueren.
En este contexto, los investigadores de la Universidad de California-San Diego evaluaron el vínculo entre la longitud de los telómeros de leucocitos y el tiempo sedentario en 1.481 mujeres mayores para examinar los factores que determinan las enfermedades crónicas en mujeres postmenopáusicas.
Como resultado, obtuvieron que las mujeres que hicieron ejercicio menos de 40 minutos al día y eran sedentarias más de 10 horas diarias tenían células biológicamente más viejas que las mujeres que eran menos sedentarias y practicaban más ejercicio.
“La baja actividad física parecía explicar la brecha de edad biológica de ocho años entre las que hacían ejercicio y entre las que no. La edad cronológica no siempre coincide con la edad biológica”, concluyó Sadyab.
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