Mantenerse activa físicamente durante el embarazo es fundamental para garantizar una gestación saludable y mejorar el bienestar general de la futura madre. Según la Guía de Práctica Clínica sobre la Actividad Física durante el Embarazo 2023, del Sistema Nacional de Salud (SNS), todas las mujeres embarazadas sin contraindicaciones médicas deben practicar ejercicio moderado de forma regular.
El doctor Julio Maset, médico de Cinfa, destaca la importancia de la actividad física en esta etapa: “La práctica regular de ejercicio moderado no solo favorece la evolución adecuada del embarazo, sino que también prepara el cuerpo de la madre para el parto y facilita su recuperación posterior”.
Sin embargo, según el VIII Estudio CinfaSalud, avalado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), tres de cada diez mujeres embarazadas (30,4%) no realizan ninguna actividad física, y solo el 69,3% practica ejercicio moderado o adaptado.
“La práctica regular de ejercicio moderado no solo favorece la evolución adecuada del embarazo, sino que también prepara el cuerpo de la madre para el parto y facilita su recuperación posterior”
Lejos de ser perjudicial, el ejercicio durante la gestación tiene múltiples beneficios. Así, algunos de sus beneficios pasan por reducir riesgos de complicaciones (diabetesgestacional, hipertensión, parto pretérmino), aumentar la probabilidad de un parto vaginal natural, mejorar el bienestar mental y aliviar molestias como dolor lumbar e incontinencia. También ayuda a controlar el peso y fortalecer el suelo pélvico, clave para el parto y la recuperación.
El doctor Maset recalca que las recomendaciones tradicionales de evitar el ejercicio físico durante el embarazo han sido superadas por la evidencia científica. “Hoy sabemos que no existe relación entre el ejercicio moderado y el riesgo de abortoespontáneo o parto pretérmino. De hecho, la práctica regular de actividad física es clave para un embarazo más saludable”.
No todas las actividades físicas son adecuadas durante el embarazo. Las futuras madres deben evitar deportes de alto impacto, movimientos bruscos o actividades con riesgo de caídas o contacto físico. Por el contrario, se recomiendan ejercicios de intensidad moderada que fomenten la resistencia aeróbica, la fuerza muscular, el equilibrio y la flexibilidad. Es importante que las gestantes consulten a su ginecólogo antes de comenzar cualquier rutina, para descartar posibles riesgos como anemia, hipertensióngestacional o embarazos múltiples.
"Hoy sabemos que no existe relación entre el ejercicio moderado y el riesgo de aborto espontáneo o parto pretérmino"
La guía del SNS recomienda acumular al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, distribuidos en al menos tres días. Esto puede incluir caminatas, natación, yoga prenatal o pilates, siempre bajo supervisión profesional. También se aconsejan ejercicios específicos para fortalecer el suelo pélvico, fundamentales para prevenir la incontinencia urinaria y facilitar el parto.
Además, las embarazadas deben cuidar aspectos como mantenerse hidratadas, evitar temperaturas extremas durante el ejercicio y escuchar a su cuerpo, deteniendo la actividad si presentan síntomas como mareos, sangrado vaginal o dolor persistente.
El ejercicio no solo mejora la salud física de la madre y el bebé, sino que también contribuye a un embarazo más equilibrado emocionalmente. “Es importante que las mujeres entiendan que la actividad física debe formar parte de su rutina diaria para disfrutar de todos sus beneficios”, concluye el doctor Maset.