En pleno invierno, debemos seguir extremando las precauciones a la hora de ejercitar nuestros músculos. Es normal que con las bajas temperaturas los músculos pierdan el calor y se contraigan. De manera que pueden perder su rango de movimiento, y también se pueden pinzar los nervios. Durante el invierno estos casos se pueden dar con mayor facilidad y frecuencia, de la misma forma que se pueden dar dolores articulares o musculares.
RIESGOS DEL FRÍO
Entre las principales causas de estas molestias están el frío, la humedad y los cambios bruscos de temperatura, puesto que las bajas temperaturas hacen que los músculos, tendones y ligamentos se entumezcan, causando la aparición de contracturas.
El cuello y la espalda son las zonas principalmente afectadas por estos dolores. Además, aparecen sin previo aviso: en cualquier lugar y momento, afectando a nuestra rutina diaria puesto que impiden desarrollar actividades con normalidad.
Las articulaciones se pueden ver afectadas por el aumento de la viscosidad del líquido sinovial, que lubrica al cartílago. Esto producirá mayor rigidez y mayor limitación a la hora de moverse, así como dolor. Es otro de los grandes afectados por el frío, con las bajas temperaturas se aumenta la percepción del dolor, sobre todo en aquellas personas que padecen de enfermedades reumáticas o inflamatorias.
CALENTAMIENTO PARA PROTEGER EL TEJIDO MUSCULAR
Los efectos de las temperaturas más bajas provocan un esfuerzo adicional a los músculos, de manera que las mismas tareas que se realizar habitualmente pueden suponer un trabajo extra que la musculatura sufre. Esto explica los dolores durante la práctica deportiva en invierno.
No obstante, la solución es realizar un calentamiento extra que comience con ejercicios cardiovasculares ligeros que eleven la temperatura corporal y mejoren el flujo de el oxigeno y la sangre. De igual manera, los estiramientos son importantes tanto antes, como después del ejercicio para mejorar el rendimiento general. Desde Kyrocream recomiendan una serie de pautas para prevenir el dolor muscular y articular en los meses de frío:
-Higiene postural. Las malas posturas pueden provocar muchas molestias y dolores, esto significa que debemos prestar especial atención a la hora de tumbarnos, sentarnos, agacharnos e incluso coger peso.
-Dieta equilibrada. Una alimentación saludable y completa, al igual que mantenerse hidratados, es vital para nuestra salud interior y exterior.
-Peso controlado. Un exceso de peso puede ser muy dañino para los músculos y las articulaciones de todo nuestro cuerpo, pero la parte inferior del cuerpo es la que más castigada se ve.
-Ropa cómoda. Llevar ropa adecuada es la clave para la comodidad durante el ejercicio. Por eso, llevar varias capas de ropa durante el ejercicio en invierno es lo más adecuado para poder adaptarnos a las temperaturas, tanto a las de fuera como de dentro. Además, conviene que no sean muy apretadas.
Con el frío aumenta la percepción del dolor
-Rigidez. El dolor puede verse aumentado si mantenemos un estilo de vida muy sedentario, por eso es conveniente movernos, al menos, a través de ejercicio modero o de bajo impacto. Ganar fuerza muscular también puede ser muy beneficioso para proteger a las articulaciones.
-Estiramientos. Otro consejo para combatir la rigidez muscular consiste en estirar antes y después del deporte. Así se puede proteger el cartílago de un mayor desgaste.
-Cremas de calor. Para preparar los músculos y ligamentos antes de ejercitar se pueden emplear cremas de efecto calor. Gracias a sus propiedades puede evitar lesiones y ayuda a mantener la elasticidad muscular, que es lo que evita las lesiones-.
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